OPINIÓN

Billy y Hattholmen llegan a Marte

Una pareja, en una tienda IKEA.
Una pareja, en una tienda IKEA.
IKEA - Archivo
Una pareja, en una tienda IKEA.

No hay compañía que se haya especializado más en amueblar los menguantes apartamentos de las grandes ciudades del mundo que IKEA. Por eso, parece un paso natural que la compañía sueca se haya comprometido a diseñar los minúsculos recintos en los que deberán vivir los humanos en su primera colonización de Marte. Algo que puede ocurrir bastante pronto si nos creemos las promesas de Elon Musk, fundador de Tesla y de SpaceX, de que lanzará la primera nave tripulada alrededor de 2023 y habrá una 'ciudad' habitable allá por el 2050.

Hace ya un par de años que IKEA envió a la diseñadora Christina Levenborn a la Estación de Investigación de Marte (MDRS, en sus siglas en inglés) creada en el desierto de Utah para intentar replicar las condiciones de vida a las que deberán enfrentarse los hombres en el Planeta Rojo. Levenborn pasó un tiempo en la estación para hacerse una idea de sus condiciones y constricciones, y lanzó un año después una línea de muebles y enseres -Rumtid- basados en materiales ligeros, usos multifuncionales y purificación del aire.

Ahora, la diseñadora sueca ha vuelto por la estación de Marte en Utah para ayudarles a amueblar y hacer más habitable un espacio diminuto que normalmente comparten unos seis investigadores a la vez. 

El laboratorio, cocina y seis mini-dormitorios del MDRS muestran ya luces más cálidas, muebles de acero galvanizado que repele la suciedad y que pueden ser usados en diferentes combinaciones, y todo tipo de espacios de almacenaje como los que se han hecho famosos en la firma sueca. 

Se trata de que la falta de espacio no comprometa la intimidad o calidez que se espera del hogar, aunque esté en Marte (o el desierto de Utah!). Eso sí, sugeriría que entre los primeros colonos incluyan a un montador de IKEA.

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