En todos los juegos hay unas reglas básicas. En una democracia, todos sus jugadores saben que el Gobierno, los jueces y los legisladores deben poder actuar con independencia. La separación de poderes es una regla tan básica como esencial. Es fácil entenderlo: sin independencia judicial no hay democracia. Como país, es preocupante y vergonzante que la Unión Europea se vea obligada a recordárnoslo.