Uno de los errores clásicos de España en el Eurovisión de los últimos años ha sido acudir al festival metiendo en una coctelera ingredientes que se supone que pueden triunfar en el festival. A veces, haciendo incluso canciones a medida. Cuando Eurovisión no tiene medidas.
Rompamos el mito: no hay canciones eurovisivas. Hay canciones buenas y malas, y artistas especiales o convencionales. En Eurovisión triunfa la autenticidad. De siempre. Y hay muchos tipos de autenticidad en escena. Este año, Televisión Española se ha reinventado para encontrarla con el Benidorm Fest, un festival televisivo en el que elegir la mejor propuesta para Eurovision Song Contest,
En bastantes ocasiones, el eurofestival ha sido entendido por las discográficas como escaparate para vender un tema prefabricado ante una audiencia millonaria, que no falla. No importaba demasiado la simbología emocional que supone este evento de unión entre televisiones públicas.
Músicas conscientes de su tiempo y de la pluralidad social
Nada que ver con este año. Eurovisión se ha abierto y TVE ha elegido 14 canciones de diferentes intérpretes de primera línea. De Rigoberta Bandini a Azúcar Moreno. Hay diversidad para atraer diferentes públicos en las galas que emitirá La 1, pero sobre todo hay habilidad para retratar el hoy. Porque son canciones que hablan del hoy, tan relevante y tan olvidado en los últimos años. TVE vuelve a su origen de tomar el pulso a su tiempo y propone un abanico de músicas de lo que actualmente se escucha en España. De lo más comercial a lo indi. Rayden, Tanxugueiras, Javiera Mena, Luna Ki, Varry Brava...
Y en gran parte son canciones con mensaje. Lo que dicen no es vacío y 'bien queda': hay ideales, experiencia y compromiso. Tienen historia que contar, con muchas posibilidades de puesta en escena. La otra pata decisiva de Eurovisión. Porque, que nadie se confunda, no sólo es un festival de canciones. Es un festival internacional de televisión. Así que las canciones deben sentirse por la tele contando una historia concreta, coherente y atrayente que potencie a los artistas.
Intérpretes con ideales y compromiso más que cantantes de promoción
De momento, todos los artistas seleccionados son autores, son auténticos. No vamos a llevar a nadie disfrazado de lo que no es, cantando un tema que no le representa. Porque la selección nos presenta a intérpretes que creen en lo que hacen y no parece ni siquiera imponerles Eurovisión, tan importante. Tienen tal trayectoria que saben que, aunque no ganen, ya conectan con un público que habla su idioma. Porque tratan aquello que preocupa a la sociedad de hoy. Sus canciones no son 'frankensteins' de estribillos huecos. Van del feminismo a la crítica a la cancelación en las redes sociales.
Así Benidorm Fest huele a Eurovisión de verdad. Hasta la sintonía compuesta para el evento ha sido creada con actuales toques eurovisivos que están sigilosos en el imaginario colectivo para sugestionar mejor con la épica que merece el momento. Sólo falta ver si las galas consiguen desprender ese mismo aroma. Pero ya está la base: los artistas elegidos para el Benidorm Fest, ya vienen con la personalidad, el talento y los ideales. Artistas que pueden representar la esencia de Eurovisión: celebrar la música permitiéndote ser como eres. Ni más, ni menos. Y hacerlo mirando a cámara con esa disfrutona seguridad que da sentirte libre.
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