Castilla y León es la comunidad más perjudicada por la caída de las ventas de vehículos nuevos en lo que va de año, a lo largo del cual ha registrado descensos superiores del 40 por ciento, aunque esta circunstancia se está viendo compensada por un leve incremento de las transferencias de coches usados, según los datos de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor (Ganvam).

Así, la Región, que ya redujo sus matriculaciones en un 14 por ciento durante el pasado año, ha sufrido caídas en las tres primeras semanas de marzo de un 42,4 por ciento, con un retroceso del 49 por ciento en el canal de turismos frente a un ascenso del 28,4 por ciento en el de todoterrenos.

Por provincias, Valladolid registró unas ventas de 392 unidades en estas tres semanas del mes, lo que se traduce en un descenso del 37,3 por ciento respecto al mismo periodo de 2010 y la sitúa en la provincia castellanoleonesa conmayores ventas. Estas bajas en las ventas, según Ganvam, se extendió a todo el territorio, con importantes caídas en Salamanca (-62,5%), Ávila (-47%), Soria (-46,2%), Zamora (-44,2%), Segovia (-44,1%), león (-37,2%) y Burgos (-26,2%).

En este escenario, los vehículos usados se han convertido en una alternativa y a lo largo del pasado año las transferencias en este sector se incrementaron en un 0,4 por ciento (83.870 unidades), lo que situó la proporción de operaciones entre vehículos de ocasión y vehículos nuevos por encima de dos a uno, frente a la media de 1,7 a uno registrada en el conjunto nacional.

La provincia que más transferencias registró fue Valladolid (16.670, el 4,5 menos con respecto a 2009), seguida de Burgos (15.520, el 1,9 más); León (15.460, un 0,1 más); Salamanca (15.310, el 9,6 más); Zamora (5.770, el 1,5% más); Palencia (5.560, la misma cifra que en 2009); Ávila (5.250, el 1,9% más); Segovia (4.630, el 3,5% más), y Soria (2.610, el 2,6% más).

Según el presidente de Ganvam, Juan Antonio Sánchez Torres, la falta de financiación y empobrecimiento de las economías domésticas están convirtiendo a los vehículos de segunda mano en una alternativa "muy atractiva" para los automovilistas, que en estos últimos años parecen orientarse hacia los vehículos denominados 'mileuristas', caracterizados por su mayor antigüedad y rodaje y por tener menor precio y ser más fácilmente pagables al contado.