Amaneceres y atardeceres para guardar en la memoria

Pocas cosas hay más subjetivas que la belleza, pero nadie pude negar que la salida y la puesta del Sol son dos de los regalos más sublimes que nos ofrece la naturaleza. En las siguientes líneas, recogemos algunos de los lugares del globo en los que, por uno u otro motivo, el amanecer y el atardecer son especialmente vistosos.

Iniciamos esta lista en el símbolo de Perú, el Machu Picchu. Las personas que han tenido la fortuna de ver salir el Sol desde la ciudadela inca difícilmente olvidarán ese momento. Para contemplar este espectáculo natural, es necesario estar en las ruinas a la hora de su apertura (6:00 horas), pues los primeros rayos del astro se ven en torno a las 7:15 horas.

Dejamos América del Sur y ponemos rumbo al norte, hacia el Banff National Park, el más célebre de todos los parques nacionales de Canadá. Las Montañas Rocosas canadienses son especialmente impresionantes con la tenue luz del alba.

Completamente diferente, aunque igual de memorable, es contemplar la salida del Sol desde Central Park, cuando el famoso parque neoyorquino está prácticamente vacío, a excepción de las personas que hacen ‘jogging’.

A pesar de que la vida en las ciudades no invita precisamente a contemplar la belleza de la puesta de Sol, en algunos lugares, como los Campos Elíseos de París, hasta los parisinos se paran un momento para disfrutar del atardecer cuando tiñe el Arco del Triunfo.

Concluimos este listado con dos lugares de España que se han hecho mundialmente famosos por la belleza de sus atardeceres, la Alhambra de Granada y la isla de Ibiza.

En julio de 1997, el presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, visitó España y quiso acercarse a Granada por un motivo: quería volver a presenciar, como hizo en su juventud, el atardecer “más hermoso y bello del mundo”. La imagen de los Clinton en el mirador de San Cristobal, situado en el barrio del Albaicín, dio la vuelta al globo y sirvió de inmejorable reclamo turístico para la ciudad andaluza.

La popularidad internacional de los atardeceres de la isla Pitiusa se debe, fundamentalmente, al Café del Mar, un local situado en la playa de San Antonio que puso de moda un concepto simple, pero sumamente atractivo: contemplar la puesta de Sol mientras se disfruta de una copa al ritmo de música ‘chill out’. Desde que abrió sus puertas en 1980, se calcula que más de cuatro millones de personas han visto el atardecer desde el establecimiento ibicenco.