Obreros de pico y pluma

Aunque la gripe aviar les ha traído mala fama, muchas aves ayudan al hombre en su trabajo, como los halcones, azores y palomas mensajeras.
Un halcón, vigilando con la torre de Barajas al fondo.
Un halcón, vigilando con la torre de Barajas al fondo.
A. de Barajas
Un halcón, vigilando con la torre de Barajas al fondo.
Ahora que las aves están mal vistas –la amenaza de la gripe aviar les ha hecho un flaco favor–, merece la pena romper una lanza en su favor y recordar que algunas especies sirven al hombre como obreros de pico y pluma. Una de las trabajadoras aladas más veteranas es la paloma mensajera. El Ejército español dispone de una unidad colombófila desde 1879.

Ubicada en un cuartel de Madrid, en el monte del Pardo, esta unidad dispone de 300 ejemplares. «En un mundo tan avanzado tecnológicamente, las palomas siguen siendo muy válidas, ya que no pueden ser detectadas», explica el oficial Ordás.

Para que cumplan su misión, transmitir mensajes, hay que malcriarlas. «Hay que mimarlas, darles muy bien de comer, limpiarlas todos los días, incluso darles una pareja (son aves monógamas), para que hagan su trabajo y quieran volver siempre al palomar», señala Ordás, que  asegura que son tan eficaces que durante la guerra civil se llegó a condecorar a una paloma por los servicios prestados. Se encuentra disecada en el Museo del Ejército.

Halcones en el aeropuerto

Otras aves al servicio del hombre, en este caso, como controladores aéreos, son los halcones y los azores. Más de 20 aeropuertos españoles los utilizan para ahuyentar a otras aves que pueden provocar incidentes en aterrizajes y despegues. En Barajas este servicio funciona desde 1970. «Tenemos 78 halcones y azores. Cumplen una función disuasoria y mantienen libres las pistas de todo tipo de fauna», señala Jesús Rero, jefe de los 6 halconeros de Barajas.

Bautizadas con nombres medievales: Berenguela, Jimena, Ginebra, Rodrigo, Sancho, estas aves de caza, que suelen vivir más de 20 años, están listas y adiestradas a los pocos meses de nacer.

Palomas: un mapa en su cerebro

Una paloma bien entrenada puede recorrer en un día 1.000 km. Gracias a la magnetita que hay en su cerebro, pueden captar las variaciones del campo magnético terrestre y orientarse. Hay que cuidarlas bien porque son muy enfermizas.

Aves de presa a, 300 kilómetros

Los halcones y los azores son aves de presa que pueden volar a 300 km por hora en su vuelo de descenso. El más poderoso de todos es el halcón peregrino, que puede alcanzar el medio metro de alto. Cazan patos, palomas, garzas...

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