Los timos evolucionan con la llegada de las nuevas tecnologías

Se han cambiado la estampita y el tocomocho por la estafa a través de Internet. En Euskadi se denuncian unos 1.000 al año.
Han pasado 22 años desde que Lina Morgan y Antonio Ozores dieran a conocer a muchos la existencia de varios timos que se realizaban a pie de calle en aquella película de 1973, La llamaban la madrina, dirigida por Mariano Ozores. El tocomocho, o el timo de la estampita, vieron entonces la luz y animaron a algunos a intentar emularlos.

Hoy en día, la incidencia de timos de este tipo ha disminuido considerablemente, aunque siempre viene bien estar atentos. «Timos como el tocomocho o la estampita se dan muy de ciento en viento, porque requieren mucha preparación y tiempo para realizarlos», indica un portavoz de la Ertzaintza.

Este cuerpo recibe al año más de 1.000 de denuncias por timos. Actualmente, con la evolución de las tecnologías, las triquiñuelas han sufrido diversos cambios. El engaño a pie de calle ha dado paso a otro tipo de estafas como la sustracción de las tarjetas bancarias en los cajeros, el desvío de llamadas a números 906 o el uso fraudulento de las tarjetas de crédito a través de Internet. Éste es, según el cuerpo policial, el timo más habitual en la actualidad.

Posibles timos

Tocomocho: Una persona vende a bajo precio un billete de lotería supuestamente premiado, alegando tener prisa. Un «gancho» corrobora el premio exhibiendo un periódico modificado con una falsa lista de premios.

Estampita: Una persona, que aparenta ser disminuida, exhibe un fajo de billetes diciendo que son estampitas. Un gancho anima a la víctima a comprar. Los billetes son recortes.

Nazareno: Un supuesto almacenista realiza una serie de pequeños pedidos a otras empresas pagándolos puntualmente para ganar su confianza. En un momento dado, los pagos se paralizan y el almacén desaparece.

Tarjetas bancarias: Se instala un dispositivo de retención que hace que nuestra tarjeta quede bloqueada. Un gancho nos facilita un teléfono móvil y un número falso de la entidad para que demos parte. Al otro lado de la línea, nos piden la clave para darnos de baja.

Teléfono: Se publican ofertas de empleo para las cuales debe llamarse a un determinado número de teléfono, un 906 camuflado.

Timos a través de la Red

Si los timos evolucionan con las nuevas tecnologías, es lógico que hayan llegado a Internet. Actualmente, a través de la Red, ya no es necesario robar la tarjeta de crédito. A los timadores cibernautas les basta con tener los dígitos y los datos del propietario para utilizarla ilícitamente. Es posible que a la hora de introducir nuestros datos para hacer, por ejemplo, una compra a través de Internet, haya alguien espiando. Por eso desde la Ertzaintza recomiendan que para evitar estas estafas se haga un uso racional de la tarjeta, no facilitando su número a nadie que no sea de absoluta confianza.

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