Ecologistas en Acción convoca para mañana un acto contra la renovación de la licencia de explotación a Cofrentes

Ecologistas en Acción ha convocado para este jueves un acto en solidaridad con el pueblo japonés y de rechazo a la renovación de la licencia de explotación de la central nuclear de Cofrentes (Valencia), que consistirá en una concentración, a las 19.30 horas, en la Plaza del Temple, frente a la Delegación del Gobierno. Asimismo, quiere alertar de que las nucleares españolas "tienen un situación de riesgo potencial", por lo que cosnidera que lo "más sensato" sería "un cierre escalonado, con el objetivo de prescindir de la energía nuclear en el horizonte de 2020".
Una imagen de archivo de la central de Cofrentes
Una imagen de archivo de la central de Cofrentes
EPTV
Una imagen de archivo de la central de Cofrentes

Ecologistas en Acción ha convocado para este jueves un acto en solidaridad con el pueblo japonés y de rechazo a la renovación de la licencia de explotación de la central nuclear de Cofrentes (Valencia), que consistirá en una concentración, a las 19.30 horas, en la Plaza del Temple, frente a la Delegación del Gobierno. Asimismo, quiere alertar de que las nucleares españolas "tienen un situación de riesgo potencial", por lo que cosnidera que lo "más sensato" sería "un cierre escalonado, con el objetivo de prescindir de la energía nuclear en el horizonte de 2020".

Según ha informado la organización ecologista en un comunicado, en Fukushima Daichii se ha producido el segundo accidente más grave de la historia nuclear mundial, tras el de Chernobil. "Se trata de un Nivel 6 en la Escala INES de sucesos nucleares, con una situación grave, especialmente del reactor número dos y un escape de sustancias radiactivas", ha señalado Ecologistas en Acción, que reclama el cierre escalonado de las centrales nucleares empezando por la de Garoña (Burgos) y la no renovación de la licencia de explotación de la central de Cofrentes.

Según la organización, en estos momentos están dañados los cuatro reactores que estaban funcionando en Fukushima I, aunque la situación más crítica es la del reactor número dos en que la explosión dañó la contención y el combustible ha quedado desnudo. Además, se han retirado las cubiertas exteriores de los reactores 5 y 6 para evitar nuevas explosiones, lo que hace aumentar la radiactividad ambiental.

Por otra parte, ha subrayado que se ignora cuál es la situación de las piscinas de combustible gastado, "aunque todo indica que la piscina del rector número cuatro ha sufrido daños", lo que añade "un punto de peligrosidad" porque en las piscinas "están los residuos de alta actividad de la central y el agua que contienen está contaminada".

"No se puede sostener que las centrales japonesas hayan aguantado bien el terremoto y el tsunami dada la situación crítica en que se encuentran y dada la fuga radiactiva que ya se ha detectado a cientos de kilómetros de la central de Fukushima", ha añadido.

Para Ecologistas en Acción, los sucesos de Fuskushima "ponen de manifiesto el riesgo inherente al uso de la energía nuclear y aconsejan el abandono de esta fuente de energía" ya que, aunque estos hechos sean "improbables", "acaban por producirse".

La organización ha subrayado que las centrales nucleares españolas "no están exentas de problemas que nos someten a riesgos inadmisibles" y ha recalcado que por más que se intente perfeccionar la seguridad, "siempre pueden aparecer imprevistos con los que no se contaba y que pudieran dar lugar a accidentes graves". COFRENTES,

"especialmente vulnerable" a sucesos externos

Por ello, apunta que la central nuclear de Cofrentes es, al igual que la de Garoña, de agua en ebullición, "lo que las hace especialmente vulnerables ante sucesos externos a la central". En este tipo de centrales las tuberías de refrigeración del circuito primario, cargadas de vapor radiactivo, "salen de la contención y recorren todo el recinto de la central" por lo que un suceso que afecte los edificios exteriores y rompa esas tuberías "daría lugar a un sucesos similar al sufrido por los reactores japoneses".

Además, ha añadido que el embalse de Tarancón, situado aguas arriba de la central, "no soportaría el terremoto máximo que puede ocurrir en la zona". "En caso, improbable, de que se produjera ese terremoto, las aguas inundarían la central agravando aún más los efectos de la rotura de la presa", ha alertado.

En la central nuclear de Almaraz I y II (Cáceres) tiene un sistema de refrigeración basado en la parte externa del embalse de Arrocampo, que tampoco está licenciado para tener resistencia a seísmos, según la organización, que ha explicado que por este mismo motivo se construyeron unos sistema de irrigación que bajaran el agua de la parte que sí está licenciada sísmicamente. Si se produjera un terremoto que rompiera el embalse, la central tampoco tendría garantizada la capacidad para evacuar el calor residual del reactor.

En relación con Ascó I y II (Tarragona), ha señalado que está situada sobre una zona de arcillas expansivas que llegan a desplazarse unos 10 centímetros al año, dependiendo de las lluvias, una situación que obliga a una "constante vigilancia" de estas margas por parte del CSN.

Sobre la central nuclear de Trillo (Guadalajara), subraya que está situada no lejos de Escopete, donde se produjo un terremoto de grado 4,2 en 2007. Aunque fue de baja intensidad, ha precisado que los sismólogos "no esperaban que se produjera en la zona de La Alcarria, que no se consideraba sísmicamente activa".

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