[Goya 2013] 'No a la crisis', ¿el nuevo 'No a la guerra'?

¿Reemplazarán los recortes sociales al conflicto de Irak en la inminente gala de los Goya? La Unión de Actores, que ha lanzado un llamamiento pidiendo conciencia social a los nominados, ni lo confirma ni lo desmiente. Por YAGO GARCÍA
[Goya 2013] 'No a la crisis', ¿el nuevo 'No a la guerra'?
[Goya 2013] 'No a la crisis', ¿el nuevo 'No a la guerra'?
[Goya 2013] 'No a la crisis', ¿el nuevo 'No a la guerra'?

La gala de los Premios Goya 2013 está, literalmente, a tres días de distancia: el próximo domingo 17 de febrero, el cine español se reunirá en el Hotel Príncipe Felipe para su fiesta anual, presentada de nuevo por Eva Hache. Una reunión que podría tomar una relevancia mediática sin parangón desde 2003, cuando el Palacio Municipal de Congresos de Madrid se llenó de pancartas y pegatinas con el eslogan "No a la guerra". Los sindicatos Unión de Actores y TACE (la central que engloba a los técnicos de la industria) han lanzado un llamamiento a la conciencia social de los participantes, algo que ya ha ocupado titulares en la prensa y que ha despertado la inquietud de Enrique González Macho, presidente de la Academia de Cine, quien ha declarado que "la gala de 2003 fue un error" y que lanzar mensajes contra los recortes sociales y culturales del gobierno sería "desvirtuar un acto festivo". ¿Podemos esperar de verdad un revuelo similar al despertado por la compañía Animalario hace una década? En CINEMANÍA nos hemos empeñado en averiguarlo.

"Esperamos que cada uno actúe según su conciencia", nos dice el secretario general de la Unión de Actores, Iñaki Guevara. Quien, además, reconoce que el sindicato ha celebrado una asamblea con los nominados a las categorías dramáticas, además de haber tenido contactos con asociaciones y grupos de presión como la Marea Verde (de trabajadores de la enseñanza pública) y la Coordinadora de Hospitales de Madrid. Aun así, insiste Guevara, "hemos imprimido pegatinas, pero nada más". "La Academia piensa que vamos a liarla, pero no queremos estropear la gala", prosigue, antes de recordarnos que "la situación laboral de los actores españoles es pésima. Tenemos muchos compañeros que han perdido su tarjeta sanitaria por no cotizar, y la mayoría de nosotros trabaja en empleos de subsistencia". "Cuando el cine y los teatros se quedan sin dinero, está claro que el daño no lo estamos haciendo nosotros", remacha.

El actor Alberto San Juan participó en los Goya de 2003 y es miembro de la junta directiva de la Unión de Actores. Y tampoco quiere hacer pronósticos: "No tengo ni idea de si alguno de los nominados va a hablar, pero si yo subiese al estrado, hablaría", afirma, para después explicar que "la Unión de Actores es un sindicato, y por tanto tiene que hablar públicamente en defensa de la clase trabajadora". Como miembro de la central, San Juan indica que esta "no le dice a nadie lo que tiene que hacer, pero sí invita a reflexionar". Y las reflexiones de San Juan le llevan a opinar que, más que un "No a la crisis", el lema de la noche debería ser "No al saqueo', porque decir 'crisis' es un eufemismo". "Aquí lo que está en juego son derechos humanos básicos, como la sanidad, la educación y la cultura", insiste el hombre de Días de fútbol, antes de citar el texto de la discordia: "Imaginemos qué harían los maestros o los médicos que se han echado a la calle si dispusieran de dos horas de televisión".

Por otra parte, Iñaki Guevara no cree que la gala se convierta en una plataforma para el descontento: según señala, la coyuntura actual no es la misma que la de 2003. "Entonces se convocó una asamblea formal, el 90 por ciento de la población estaba en contra de la intervención en Irak, y además los presentadores eran los que eran [Animalario], y la presidenta de la Academia era Marisa Paredes, también una actriz. Ahora, la presentadora es Eva Hache y el presidente es un productor". Es decir, prosigue el secretario general, que la mentalidad actual de la Institución presidida por el propietario de Alta Films y de los cines Renoir "es la mentalidad del patrón: la del señor con el que tienes que negociar tus convenios". Cuando se pronuncia el nombre de Guillermo Toledo, Guevara se echa a reír: "A Willy le han mencionado en Intereconomía y otros medios de derechas, pero oye, que él ni siquiera está en España, está en Latinoamérica buscándose la vida... Lo que debería preocupar a esos medios es un presente con cifras masivas de paro y donde el pueblo se está quedando sin educación ni hospitales".

Iñaki Guevara ha puesto el dedo en la llaga diciendo esto: no olvidemos que el "No a la guerra" de 2003 fue el detonante de una hostilidad manifiesta hacia el cine español por parte de cierta prensa, y que las palabras "pancarteros" y "subvencionados" aún resuenan en los oídos de muchos. Es más: cuando comenzaron los recortes en 2011, se apuntó a que ciertos sectores del Partido Popular queda aún el rencor contra el mundo de la cultura por aquel episodio. ¿Qué opinan de ello nuestras fuentes? "No sé si esas represalias existirán, pero si es así, no hay que animar a callarse. Y lo digo por el presidente González Macho", explica Alberto San Juan, para después mencionar "a las cadenas de TV, que producen muchas películas y tienen mucha voz para determinar el cine que se puede o no se puede hacer". En todo caso, prosigue, "la Academia tiene un miedo absurdo, porque cuando un gobierno ataca a la libertad de expresión, ese gobierno se deslegitima. ¿A nadie se le ha ocurrido que habría que castigar a los señores que están haciendo los recortes?".

También los hay que acusan a los actores de lanzarse a la protesta sólo cuando gobierna el PSOE, y así se lo recordamos a San Juan. A lo cuál él responde con humor: "Tengo familiares que me llaman 'el de la ceja', pero nunca he votado al PSOE, y creo que estos recortes son fruto de un pacto de estado entre los dos grandes partidos: unos los aplican con más dureza y otros los aplicarían más disimuladamente, pero el resultado serían estas mismas políticas que provocan suicidios", dice. Y, acto seguido, proporciona un ejemplo: "Criticar a Javier Bardem por tener una postura política es como reprochar a un cirujano español de gran prestigio unas declaraciones a favor de la sanidad pública. Son acusaciones que sólo descalifican a quienes las pronuncian".

Lo cierto, explica Iñaki Guevara, es que ese reparo ante la posibilidad de ofender al gobierno podría estar detrás de la inquietud de la Academia. "Los productores como González Macho se reunen con el Ministerio de Cultura en negociaciones durante las que los sindicatos no estamos presentes. Porque esa es otra: los actores no estamos subvencionados, las subvenciones las cobran los productores". En cuanto a la hostilidad mediática, Guevara la achaca al que, según él, es un mal endémico de la vida política en España: "Una derecha poco ilustrada y con poco amor por la cultura. Gente que espera a que hagamos algo para echársenos encima".

"Yo creo que ponerte el esmoquin para ir a la gala, tomar una copa y ligar (si puedes) es compatible con decir que no a los recortes", sentencia Alberto San Juan. Iñaki Guevara, por su parte, ofrece una conclusión algo desesperanzada: "En todo caso, el cine español está muerto, o en las últimas, y la subida del IVA y los recortes a la cultura sólo le han dado la puntilla: no tiene sentido creer que vamos a perder algo por solidarizarnos", comenta, poniendo como ejemplo a Alex O'Dogherty y Juan Diego Botto, "que hicieron chistes sobre 'sobres' en la gala de los Premios Forqué en presencia del ministro Wert". Y, después, el secretario general de la Unión de Actores añade una nota de optimismo: "Sólo con las expectativas que se están creando sobre esto, la gala de los Goya va a tener un récord de audiencia...".

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