La Universidad de Valladolid (UVA) ha propuesto como inicio del curso el 12 de septiembre para todas sus titulaciones excepto para másteres y los primeros cursos de los estudios de Grado, para los que marca el 26 de septiembre, fecha en la que se iniciará simultáneamente en todas las universidades de la Comunidad.

Así lo contempla la Institución académica en una propuesta que ha hecho llegar a los centros, coordinadores y estudiantes y a la que se pueden realizar sugerencias y observaciones hasta el 31 de marzo, según explicó este lunes el vicerrector de Docencia, José María Marbán.

La propuesta, que se ha trabajado con la Comisión de Organización Académica y Profesorado y con la Comisión de Estudiantes, se ha elaborado teniendo en cuenta que el calendario académico es una herramienta más al servicio del docente las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), que ya se encuentran fijadas en su convocatoria de septiembre para los días 13, 14 y 15 de septiembre y por ello las universidades han decidido que para ellos el curso comience el día 26.

Además, indicó que se han mantenido reuniones entre los vicerrectores con competencia en materia de Ordenación Académica y la Dirección General de Universidades de la Junta para intentar acordar y armonizar calendarios, aunque respetando el principio de autonomía de cada institución académica.

A este respecto, aseguró que las universidades han manifestado su inquietud por la necesidad de que se adelante la conocida 'Selectividad' para armonizar los calendarios por las universidades, aunque recordó que no se trata de "imponer", algo que no pueden hacer, sino de ser más acordes con los principios de Bolonia.

Sin exámenes en septiembre

Lo que ya recoge esta propuesta es el adelanto de la segunda convocatoria de exámenes de septiembre al mes de julio, algo que Marbán aseguró que responde al principio de "eficacia". En este sentido, concretó que actualmente en la Universidad de Valladolid sólo el 50 por ciento de los estudiantes con asignaturas pendientes para septiembre optan por hacer uso de esta convocatoria.

Además, de este número de alumnos sólo la mitad, "en el mejor de los casos", supera la prueba, de manera que sólo un 25 por ciento de los alumnos convocados consigue sacar provecho de la misma.

Sin embargo, el vicerrector afirmó que el asunto es "más grave" si se tiene en cuenta al total de alumnos matriculados, de forma que llega a apenas el 5 por ciento de tasa de éxito, por lo que considera que se está dando una importancia "extrema" al debate sobre la funcionalidad de septiembre cuando los datos "no invitan a su defensa".

Por el contrario, aun con la "prudencia" a la hora de valorar los pocos datos que hay sobre los centros en los que ya se ha adelantado la convocatoria, Marbán indicó que la tasa de éxito sube al 50-55 por ciento sobre los presentados, los mismos que en septiembre, pero el número de alumnos que opta a esta segunda convocatoria es muy superior al de septiembre y asciende al 75 o el 80 por ciento frente al 46 o 47 por ciento.

Entre las ventajas que supone este cambio, el vicerrector citó cuestiones como el hecho de que en junio se pueda mantener el contacto con los tutores mientras que agosto es más difícil y exige al alumno sea prácticamente autodidacta, pero además seguiría la recomendación de psicólogos y psicopedagogos que recomiendan una "desconexión mental" entre cursos.

En definitiva, añadió, se propone que no haya exámenes en septiembre excepto los trabajos de másteres y grados en convocatoria extraordinaria.

El vicerrector de Docencia destacó diversos "principios" bajo los que se ha elaborado la propuesta, el primero de ellos el de ordenación académica, ya que considera que el inicio del curso actual se puede calificar de "caótico" y desaconseja distintos calendarios para los diversos centros.

Calendario flexible

Por otro lado, explicó que se ha seguido el principio de "flexibilidad", ya que hay una diversidad "enorme" de centros, titulaciones y ciclos y se pretende que el calendario no esté comprendido por "compartimentos estancos y rígidos" sino que suponga unas normas básicas de funcionamiento, de forma que los centros puedan organizar sus periodos lectivos por semestres.

Además, aclaró que el inicio y final de la docencia y de los exámenes no se establece claramente porque éstos últimos no son la única herramienta de evaluación y por ello sólo se fija el principio del segundo semestre, que será el 6 de febrero. Además, excepto en los casos en los que la prueba trascendental de la asignatura se entienda escrita como tradicionalmente los exámenes, se podrán intercalar pruebas.

Eso sí, las fechas límite de entrega de actas de la primera convocatoria será el 21 de junio para todas las titulaciones en general excepto másteres y primero de Grado y de la segunda el 23 de julio en ambos casos.

Otro de los principios a los que Marbán hizo referencia es la movilidad, ya que con este tipo de calendarios se facilita el movimiento nacional e internacional tanto de estudiantes como de profesores, ya que se ajusta más a los periodos de admisión en otras universidades. Además, con esta nueva propuesta se comienza casi al mismo tiempo que en otros países.

El vicerrector de Docencia añadió además a todos los anteriores el principio de "conciliación", dado que independientemente de que los alumnos superen o no la primera convocatoria contarán con dos o tres meses de descanso, pero además verán mejoradas sus posibilidades de acceder a prácticas en empresas, buscar trabajos temporales, participar en eventos y congresos, acceder a becas o ejercer una labor investigadora.

Además, a pesar de la diferencia de inicio de curso entre el de primero de Grado y másteres y el resto de titulaciones, en ambos cursos, los dos semestres en ambos casos supondrán 36 semanas, ya que en el primero de los casos se ha suprimido la semana de periodo de matriculación en segundo semestre —será un poquito más largo— y se simultanea, ya que en máster y primero de grado este tipo de matrículas son "anecdóticas" y tienen más relevancia a partir de segundo curso.