Azucena de la Fuente, actriz, directora, guionista, productora, "además de profesora de interpretación", ha anunciado este domingo durante una entrevista su intención de presentarse como candidata a la presidencia de la Academia de Cine Español, a la que también se presenta el realizador Bigas Luna.

"Me gusta su propuesta, pero creo que la mía va más allá", ha dicho De la Fuente, miembro de la academia desde 1998, así como de la Academia Europea, que ha afirmado su compromiso con la institución y que presume de asistir a todas las reuniones de este organismo. "A Bigas Luna nunca le he visto por las asambleas", ha añadido.

Los pilares de su propuesta consistirían en "reactivar el talento", "monetizar los nuevos soportes" -en alusión a las posibilidades comerciales de Internet, un medio al que ve "más como un aliado que como un enemigo"-, explotar a fondo las posibilidades de la mercadotecnia y "despolitizar" el mundo del cine, buscando nuevos inversores que quieran obtener beneficios.

Ha rechazado opinar sobre asuntos como la Ley del Cine, que prevé una reducción de las ayudas a las que pueden optar las películas en función de su taquilla, así como de la ley Sinde -"la disposición adicional ya está cerrada"- o las acusaciones del exdirector del Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales (ICAA), Ignasi Guardans, sobre "fraudes" en la concesión de subvenciones.

Tampoco ha querido desvelar de momento quiénes integrarán su candidatura, que habrá de rivalizar con la de Luna, quien se presenta acompañado de la actriz Leonor Watling y el director de producción Yousaf Bokahri. En este punto, se ha limitado a decir que está a la búsqueda de "personas pensantes con nuevas ideas y una mirada innovadora".

La idea de presentarse a la presidencia de la Academia de Cine venía rondándole desde hacía años, ha señalado, aunque no fue hasta hace poco cuando tomó la decisión en firme, y ha manifestado su satisfacción porque haya varios candidatos.

Discípula de la actriz Uta Hagen, con amplia experiencia tanto en cine como en televisión, Azucena de la Fuente ha trabajado bajo la dirección, entre otros, de Carlos Saura, Vicente Aranda y Pedro Almodóvar, y junto a actores como Andy García (Muerte en Granada) o Leonor Watling (Teresa, el cuerpo de Cristo).

En el año 2003 su cortometraje Sueño de una mujer despierta fue preseleccionado para los Oscar de Hollywood y actualmente se encuentra sumida en la postproducción y la distribución de su primer largometraje, Capitán Drako.

"Yo pertenezco al 90% de la industria que no somos consagrados, que no pueden pagar la hipoteca o el colegio de nuestros hijos", ha dicho la realizadora, que ha esgrimido sus 20 años de trabajo en el sector, que ha denunciado que el talento del país se "está ahogando por no ser usado" y que se ha descrito como una "rain-maker" (fabricante de la lluvia) que buscará la "abundancia para todos".

Responde afirmativamente a la pregunta de si tiene "un grupo concreto más o menos numeroso" que apoye la alternativa que representa, que ha desgranado punto por punto.

"Planteo un cambio profundo de dirección. En primer lugar, tenemos que utilizar las herramientas de mercadotecnia que están a nuestra disposición"; después, ha defendido que "el cine es humano: no tiene colores" y que hay que "eliminar las tendencias partidistas".

"Hay que encontrar, fomentar y construir nuevas formas de financiación. Hay gente que tiene dinero y hay que implicarlos, pero para eso tenemos que desvincularnos de los partidos políticos", ha dicho en alusión, entre otros, a las televisiones. "Ahora mismo no podemos afirmar qué vamos a ver en el futuro", ha manifestado sobre el perfil de las películas que podrían surgir de una industria que, tal y como defiende, se desvinculara progresivamente de las ayudas públicas y buscara el capital en "empresas, televisiones, que busquen beneficios".

Sobre la marcha del presidente de la Academia de Cine, Álex de la Iglesia, ha dicho "que la vida te lleva a unas circunstancias y hay que afrontarlas lo mejor posible" y ha considerado que su más importante legado ha consistido en "plantear una incógnita: cómo continuamos esto".