El Tribunal del Jurado ha declarado culpables a Juan Carlos C.P. y Fidel E.E. de los asesinatos de Tomás Ruiz 'Tomasín', Isidoro Cuerno 'Isi' y María Jesús Fernández, cometidos en las inmediaciones del penal de El Dueso el 19 de octubre de 2009 cuando acompañaban a 'Tomasín' de regreso de un permiso penitenciario.

El jurado ha considerado al primero de ellos culpable por unanimidad, y al segundo por siete votos a favor y dos en contra. Juan Carlos, es, por tanto, culpable de la muerte de 'Isi', 'Chusa' y 'Tomasín', mientras que Fidel es culpable, pero con el matiz de que se le responsabiliza de "participar en la ejecución de las muertes", ya que fue el conductor del vehículo que llevó a ambos a Santoña.

Así lo ha decidido esta tarde el Tribunal del Jurado que durante esta semana ha escuchado los testimonios y aportaciones del juicio que se ha seguido ante la Audiencia Provincial de Cantabria contra Juan Carlos, acusado de ser autor material de los disparos, y Fidel, procesado por conducir el Audi rojo que transportó a ambos.

Será este órgano el que decida ahora la duración de la pena a la que se someta a los acusados, que oscilará entre los, 54 y 51 años de prisión para Juan Carlos y Fidel por parte del Ministerio Fiscal, y 60 para cada uno de los dos en el caso de las acusaciones particulares, los familiares de las víctimas.

Tras conocerse el veredicto, las partes se han ratificado en sus peticiones de pena.

La defensa de Juan Carlos pide que se considere como circunstancia atenuante para rebajar la pena la adicción del condenado a la cocaína, algo que rechaza el Ministerio Fiscal, quien entiende que no está acreditado que esa dependencia la sufriera justo en el momento de los crímenes, que parte esta parte fueron "sin duda" parte de un "plan preconcebido", con "cita" incluida entre víctimas y condenados, y no un "ataque de furor" provocado por el consumo de drogas.

Por su parte, la defensa de Fidel precisa que este condenado fue cooperador necesario, y pide que se le aplique, en consecuencia, la mínima pena. El Ministerio Fiscal asume que ambos tienen distintos grados de participación, y por eso pide una pena menor para Fidel que para Juan Carlos. CULPABLES

El Jurado considera probado, en todos los puntos por unanimidad de todos sus miembros, que el 19 de octubre Juan Carlos C.P. y Fidel E.E. se desplazaron a las inmediaciones del penal de El Dueso, en Santoña, en un Audi 100 granate conducido por Fidel.

Entre las nueve y las nueve y media, el vehículo se detuvo en el arcén de una carretera y se situó detrás de la furgoneta que conducía 'Isi' —amigo de Juan Carlos, al que suministraba droga—. En este segundo vehículo viajaban también 'Chusa' y 'Tomasín', de regreso al Dueso tras cumplir un permiso.

La furgoneta se encontraba parada en el arcén, lo que durante el juicio se ha interpretado como indicador de que ambas partes se habían citado, tesis que también ha sostenido Fidel en su declaración.

Entonces, Juan Carlos bajó del Audi y se dirigió a la furgoneta, para situarse junto a la ventanilla, entreabierta, en el lado del conductor, en la que introdujo el arma y disparó a los ocupantes. Los tres murieron de forma inmediata, en unos hechos que presenció una testigo que ha declarado en el juicio acogiéndose a la figura del testigo protegido.

En la vista ante la Audiencia Provincial, los peritos han puesto de manifiesto la existencia de huellas dactilares y restos de ADN de Juan Carlos tanto en este vehículo como en un arma que, aunque no era con la que se cometió el crimen —nunca se encontró—, sí era del mismo tipo a la pistola con la que se efectuaron los disparos que causaron la muerte a 'Isi', 'Chusa' y 'Tomasín'.

Si bien en un primer momento la investigación se centraba en el pasado de 'Tomasín', conocido preso condenado por varias muertes que sirvieron a las defensas para sostener la teoría de una venganza, durante las vistas judiciales las acusaciones han reclamado que no se centrara el análisis en este fallecido, y han apuntado la posibilidad de que Juan Carlos, sin empleo conocido, y Fidel, actuarán por encargo de otras personas. Ambos, se ha reiterado en el juicio, tenían vínculos con la familia Larralde.