Todo ocurrió el 15 de septiembre de 2008. La mañana de ese soleado día, un jardinero madrileño, vecino de Alcobendas, denunció a la Guardia Civil que había sufrido un intento de secuestro. Dos hombres y una mujer, a bordo de una Renault Scenic negra, le habían abordado mientras hacía 'footing' cerca de la Universidad de Tres Cantos.

Le habían subido al vehículo y se habían identificado como miembros de ETA. Pero al cotejar unas fotografías, los presuntos etarras se dieron cuenta de que se habían equivocado. Al parecer buscaban a un concejal del PP. Le soltaron minutos más tarde.

Dos años y medio después de este suceso, el jardinero madrileño ha identificado a dos de los cuatro etarras del comando Otazua, desarticulado la semana pasada en Vizcaya, como sus secuestradores. Se trataría de Daniel Pastor, de 37 años y jefe del comando, y de Lorena López, de 31.

Según ha podido saber este diario, el jardinero acudió el fin de semana pasado a denunciar los hechos con la página de la edición del 2 de marzo de 20 minutos que publicaba la noticia de la detención del comando etarra. El jardinero declaró que identificaba a dos de los cuatro etarras cuyas fotos aparecían en el periódico, imágenes que dijo luego había visto en los telediarios de la televisión.

Su denuncia ya está en manos del juez de la Audiencia Santiago Pedraz, que archivó en julio de 2009 las diligencias previas abiertas por este caso. Y eso que a la Audiencia Nacional llegó un informe de la Comisaría General del Información de la Guardia Civil, que daba verosimilitud a lo que entonces declaró el jardinero.

A los pocos días del rapto, el juez Marlaska interrogó al secuestrado, al que otorgó la condición de testigo protegido. Después de varios meses de investigación, se archivó el caso en la Audiencia, que ahora va a ser reabierto.

Fuentes antiterroristas que han participado en la detención de este comando aseguran que se tomarán muy en serio la nueva declaración del jardinero, pero creen poco probable que estos terroristas participaran en este intento de secuestro. En el año 2008, el comando Otazua voló dos repetidores en Vizcaya, atacó una sede de la Seguridad Social e intentó asesinar con una bomba lapa a un policía.