La Universidad de Sevilla (US) ha presentado ya a sus claustrales el nuevo proyecto de reglamento electoral que tiene como premisa básica el equilibrar la presencia de hombres y mujeres en la institución. Si no se presentan enmiendas, se procederá a la aprobación de este reglamento —previsiblemente en mayo— y en las primeras elecciones que se celebren para elegir a cualquier órgano colegiado de más de dos representantes, los votantes estarán obligados a votar solo al 60 por ciento de los miembros de un mismo sexo.

Es la fórmula que la Hispalense ha estimado como "la más conveniente" para propiciar una representación equilibrada en sus órganos colegiados, tal y como exige la Ley Orgánica de Universidades (LOU). Según ha explicado a Europa Press el delegado del rector para el Desarrollo Estatutario de la US, Pedro Paúl Escolano, esta vía "limitará un máximo de votos para el mismo sexo, pero no un mínimo porque eso podría suponer la obligación de votar a candidatos que no se quiere".

Así pues, en las próximas elecciones y en el hipotético caso de que se tuvieran que elegir 10 escaños, los miembros de la US solo podrán votar a un máximo de 6 personas del mismo sexo, siendo votos válidos todos los que no sobrepasen esta cifra. "El voto 7-3, por contra, ya sería nulo, pero el 6-0, sin embargo, no", ejemplifica Escolano.

Este sistema es "idéntico" al que ya viene utilizando la Universidad de Vigo y comparte también filosofía con la Universidad del País Vasco, las dos únicas en España que ya han adaptado sus reglamentos electorales a las exigencias de la LOU. Sin embargo, la Universidad vasca ha optado por establecer listas electorales paritarias, algo que, según Escolano, "no se hubiera adaptado" bien a la tradición universitaria de la Hispalense, donde las candidaturas suelen ser individuales y se correría el riesgo de no poder formar listas ante la falta de mujeres dispuestas a comprometerse con una de ellas.

Así pues, y mediante la fórmula del voto 60-40 por ciento por sexos, la Hispalense pretende que las mujeres, sobre todo de aquellos centros con más presencia masculina, entren como miembros de pleno derecho en los órganos colegiados. "Tratamos de echar una mano a aquellas mujeres que en otras ocasiones se han sentido quizás abrumadas por la elevada presencia de hombres y que ni siquiera han llegado a presentarse como candidatas porque pensaban que no iban a ser elegidas", explica el asesor del rector de la US.

Otro reglamento a examen

La normativa electoral no es la única que la Universidad de Sevilla ha mandado ya para su análisis a los miembros del Claustro. Junto con ella, se ha elaborado el Reglamento General de Investigación, que también se prevé que sea aprobado el próximo mes de mayo.

Este reglamento versa sobre cómo se tienen que estructurar las unidades de investigación —tanto las centrales como las periféricas— y los fondos que a ellas se destinen, así como las patentes, los doctorados Honoris Causa, los estudios de Postgrado y la composición del Comité Ético de Investigación.

Desde que el rector de la US, Joaquín Luque, accedió en 2003 a su cargo, se han elaborado un total de cinco de los nueve reglamentos generales que establece el Estatuto de la Hispalense. Dos estaban hechos con anterioridad a su llegada (el del Defensor del Estudiante y del Régimen Electoral que ahora se modifica) y otros cinco, junto al mencionado de Investigación, se han ido poniendo en marcha en estas dos legislaturas: el del Personal de Administración y Servicios (PAS), el de Estudiantes, el de Actividades Académicas, el de Régimen Económico y Presupuestario y el Reglamento de Actividades de Asistencia a la Comunidad Universitaria.

Solo queda por elaborar, por tanto, un reglamento, el que regulará al Personal Docente e Investigador (PDI) que, tal y como ha puntualizado Escolano, no se ha empezado a desarrollar porque el marco básico en el que debe descansar —el Estatuto Nacional de PDI— aún no ha sido presentado por el Ministerio de Educación. "No tiene mucho sentido discutir un reglamento de PDI en nuestra universidad, que además tiene que regular aspectos muy controvertidos, cuando no tenemos el marco nacional", explica Escolano.