Un estudio de la UMA revela el peligro de crear guetos de inmigrantes

Los jóvenes tienen un nivel de estudios medio-alto y en sus casas hablan mayoritariamente el español
Presentación del Anuario de la Población Inmigrante 201
Presentación del Anuario de la Población Inmigrante 201
M.G.
Presentación del Anuario de la Población Inmigrante 201

El Ayuntamiento de Málaga, a través del Área de Participación Ciudadana, Inmigración y Cooperación al Desarrollo, ha presentado el Anuario de la Población Inmigrante 2010, elaborado por un grupo de investigación de la Universidad de Málaga (UMA), que revela el peligro que supone el crear comunidades cerradas o guetos de población inmigrante.

Otra de las conclusiones es que el inmigrante de segunda generación acaba desarrollando las actividades más importantes de su socialización en un ambiente virtual "que no responde en absoluto a la sociedad en que realmente vive".

La investigación refleja, además, que en Málaga es mayoritario el inmigrante de menor nivel adquisitivo o medio-bajo. Asimismo, el alumno inmigrante en la capital suele acudir mayoritariamente a centros educativos de gestión pública o bien de gestión privada, pero en concertados.

También destaca este estudio la tendencia de la población inmigrante a constituir sociedades cerradas sin vertebración alguna entre ellas e, incluso, con una incomunicación absoluta entre los distintos estratos de una misma tradición ideológica o religiosa, según sea el origen nacional de sus componentes.

En esta edición, que analiza el perfil del alumno inmigrante y su integración sociocultural en la ciudad, recoge la opinión de 448 alumnos, y recoge cuatro módulos: 'Familia y socialización', 'Espacios socioculturales del inmigrante', 'Proyección socioeducativa del inmigrante' y 'Entorno socioreligioso'.

El anuario, desarrollado en 10 meses de trabajo, ha sido presentado por el concejal del Área, Julio Andrade; y los profesores de la Facultad de Derecho miembros del equipo de investigación: José Antonio Parody, Miguel Ángel Asensio, Arturo Calvo y Marina Meléndez-Valdés.

Optimismo futuro

A pesar de los datos "negativos" el estudio se hace eco de aspectos "muy optimistas" de futuro como que los alumnos hablan mayoritariamente el español y se sienten integrados completamente en la sociedad malagueña.

Igualmente son mayoría aquellos que quieren cursar estudios superiores; y la inmensa mayoría de los alumnos inmigrantes, en concreto el 76,34 por ciento; considera enriquecedora para el resto de los estudiantes su presencia en las aulas.

En el módulo de 'Familia y socialización' se refleja que hay una situación de igualdad en la asistencia a las aulas por parte de mujeres y hombres "sin que se observe ninguna discriminación de género".

De los 448 encuestados sólo 40 han nacido en territorio español lo que evidencia el carácter relativamente reciente del fenómeno inmigratorio en Málaga, han precisado en rueda de prensa, al tiempo que se han referido a que la edad de los padres, situándose el 62,39 por ciento en la franja de edad entre los 36 y los 45 años.

Su nivel de estudios es medio/alto, en concreto, el 69,64 por ciento han cursado estudios secundarios, de formación profesional o superiores y su situación económica es sólida, "lo que no deja de sorprender ya que en la mayoría de las familias trabaja uno o los dos progenitores". La mayoría de los alumnos viven en una vivienda propiedad de sus padres o en régimen de alquiler.

Espacios socioculturales

En el módulo de los espacios socioculturales se incluye el aspecto de la lengua que hablan en casa y en el que se comunican los miembros del clan familiar, destacando que la mayoría utiliza el español. En este sentido, el conocimiento de este idioma no constituye un problema que dificulte la integración de los alumnos inmigrantes en las aulas ni su rendimiento escolar, ya que la mayoría declaran hablarlo bien o muy bien.

En cuanto al nivel de las calificaciones de los alumnos inmigrantes de la encuesta se infiere que el nivel general es bueno sin que se detecte una bolsa de fracaso escolar entre ellos especialmente significativa.

La mayoría desea seguir estudiando el máximo de tiempo posible y el 48 por ciento aspira a trabajos relacionadas con profesiones superiores. El 31 por ciento quiere trabajar por cuenta propia, el 12 por ciento por cuenta ajena y un nueve restante no ha respondido a esta cuestión.

Sobre el nivel de estudios al que aspiran el estudio señala que el 50 por ciento a la universidad; el 24 por ciento al bachillerato; y el 20 por ciento a la formación profesional. "Son respuestas muy similares a las que darían los alumnos españoles", han puntualizado.

Proyección socioeducativa

El 76,34 por ciento de los alumnos inmigrantes considera enriquecedora para el resto de los estudiantes su presencia en las aulas; mientras que un 7,37 por ciento dicen que es negativa.

De hecho, el 59,38 por ciento de los encuestados apunta que están bien integrados en el instituto, respuesta negativa en el caso del 21,88 por ciento. Sobre si la calidad de la educación empeora en los colegios donde hay muchos hijos de inmigrantes el 71,65 por ciento considera que no, el 12,50 por ciento que sí, el 14,06 por ciento no saben y el 1,79 por ciento no responden.

Para determinar la integración en su entorno social se les pregunta si sus amigos son o no extranjeros. En este caso 329 han respondido que tienen amigos españoles, extranjeros y de la misma nacionalidad.

La mayoría no percibe ningún tipo de discriminación ya que 296 consideran que se encuentran en igualdad de condiciones que los españoles para conseguir una beca; 64 consideran que su situación es mejor que la de los españoles; sólo 45 que es peor y 42 no saben o no contestan.

Respecto a la posibilidad de acceder a un trabajo la percepción de la existencia de una situación de igualdad respecto a los españoles cambia ya que 187 considera que acceden al trabajo de igual manera, 88 dice que en condiciones mejores, 123 en peores y 30 no saben o no contestan.

Estos alumnos también fueron cuestionados por si han vivido la violencia o discriminación en su centro educativo y aunque el 71,43 por ciento dicen que no, el 26,56 restante afirma que sí.

En cuanto a si su familia piensa en volver a su país de origen el 48,21 por ciento afirma que "sólo por gusto"; el 35,71 por ciento no lo contempla "ni tan siquiera por gusto". Además, hay una identificación muy alta con su barrio y con los alumnos de su edad e incluso de la propia ciudad, aunque no tanto de sus personajes más importantes y de la Constitución española. RELIGIÓN

El 66 por ciento de los jóvenes afirma que no pertenece a ninguna iglesia o confesión religiosa, frente al 32 por ciento que responde afirmativamente. Igualmente, sobre las creencias de sus familias, el 56 por ciento declaran que no, el 38 por ciento que sí y el seis por ciento no responden.

No obstante, el 76 por ciento señalan que sí tienen las mismas creencias que sus padres y el 19 por ciento dicen que no. Además, la mayoría cree que sí hay libertad para el ejercicio de su religión, frente al 21 por ciento que responden negativamente y el mismo porcentaje que afirma desconocer tal extremo.

La mayoría celebran las fiestas y ritos propios de sus creencias mientras que no hacen lo propio con otras creencias religiosas. El 65 por ciento de estos alumnos, según el estudio, son tolerantes con otras religiones mientras que el 29 por ciento dice que no lo son.

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