Humedales, una apuesta por la biodiversidad

  • El Convenio de Ramsar destaca los humedales de importancia internacional.
  • Son entornos que se caracterizan por su riqueza ecológica.
  • Se busca el desarrollo sostenible de estas zonas.
Las salinas.
Las salinas.
Juan Antonio Sáez / Consejería de Medio Ambiente
Las salinas.

En un momento de la vida donde verdaderas joyas de la naturaleza están en peligro, en el que la flora y la fauna viven amenazadas, en el que la desertización es una realidad, cobran cada vez más importancia las zonas húmedas o humedales que salpican la geografía española, convirtiendo lo que podría ser un simple trozo de tierra en un verdadero paraíso natural. Se trata de entornos de gran valor ecológico dignos de disfrutar de manera racional, porque también es obligación de todos ayudar a conservarlos.

De la relevancia de los humedales

De norte a sur, España cuenta con estos ecosistemas de vital importancia en el mantenimiento de la diversidad biológica y en el ciclo hidrológico. Pueden ser de lo más variado, desde charcas a manglares, pasando por lagunas, ciénagas, dunas, fangales, marismas, bosques de ribera…

Sin embargo, y a pesar de la belleza que  se puede descubrir en la visita de cada uno de ellos y de su importancia, lo cierto es que en España han desaparecido ya hasta un 60%. Para favorecer su protección, España se adhirió en 1982 al Convenio de Ramsar, que tiene como misión “la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales y nacionales y gracias a la cooperación internacional, como contribución al logro de un desarrollo sostenible en todo el mundo”.

Según la clasificación de esta entidad, del conjunto de humedales que se encuentran en nuestro país, hasta 73 están incluidos en su lista de Humedales de Importancia Internacional. Se trata de zonas de una gran diversidad, que ayudan a mantener y recuperar los acuíferos subterráneos, estabilizan los fenómenos atmosféricos, ayudan a reducir la emisión de gases de efecto invernadero y ofrecen grandes posibilidades turísticas, siempre y cuando, se lleven a cabo de una manera responsable. Se trata además de lugares de cría de numerosas aves migratorias.

Según este Convenio, España es el tercer país con un mayor número de humedales de importancia internacional, tras Gran Bretaña y Méjico.

Diversidad en España

Todas las comunidades autónomas acogen en su territorio alguno de los 73 humedales incluidos en el Convenio de Ramsar. Andalucía es la que da cabida a un mayor número, algunos de gran importancia. El más relevante de todos es Doñana, que es además Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biosfera. Sus 111.646 hectáreas le convierten en el mayor humedal de Europa. Se trata de todo un paraíso para los amantes de la ornitología, sobre todo en la época de otoño e invierno. Se caracteriza por una amplia variedad de paisajes.

También destaca en el sur de la península la Laguna de Fuente de Piedra (Málaga), donde el color rosado de los flamencos es el protagonista. La primavera es la mejor época del año para disfrutar de sus casi 1.400 hectáreas. Ha llegado a cobijar hasta 20.000 parejas reproductoras de flamencos. Singular resulta el anillamiento de estas aves, que cada año atrae a numerosos participantes.

Cádiz, con la Laguna de Medina y Laguna Salada; Córdoba, con las de Zóñar, Rincón y Amarga; y Almería, con las Salinas de Cabo de Gata y la Albufera de Adra, también son otras de las provincias andaluzas que albergan rincones de gran valor.

Tras Doñana, Las Tablas de Daimiel es el segundo humedal en importancia de España, según la lista del Convenio de Ramsar. Se trata de todo un paraíso en mitad de Castilla La Mancha, que por culpa de aprovechamientos abusivos, sobreexplotación, incendios…, estuvo a punto de desaparecer. Atrás quedan aquellos años en los que apenas 10 de sus más de 1.900 hectáreas estaban inundadas.

De las lagunas de Villafáfila al Delta del Ebro

En Zamora, destaca el complejo lagunar de Villafáfila, formado por tres lagunas principales (Salina Grande, Barillos y Salina) y otras de menor tamaño, y donde vive la mayor población mundial de avutardas.

En la costa levantina destaca el Delta del Ebro, que es la zona húmeda más amplia de Cataluña. Su paisaje es muy singular, al tratarse de unas tierras completamente llanas donde conviven valores naturales y explotación humana. Otro punto importante es la Albufera de Valencia, también un ejemplo de interacción entre el hombre y la naturaleza.

Entre Teruel y Zaragoza, se ubica, a unos 1.000 metros de altura, la Laguna de Gallocanta, donde se concentran gran cantidad de grullas, además de patos buceadores y fochas.

Aunque en estos momentos son sólo 73 los incluidos en el Convenio de Ramsar, lo cierto es que son muchos más los existentes en España, dignos de conocer y conservar.

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