Según indica el colectivo en su memoria anual, entre los varamientos fueron atendidas una docena de tortugas marinas de la especie 'Caretta caretta' y 35 de cetáceos entre los que se encontraron 16 delfines listado —'Stenella coeruleoalba'—, siete delfines comunes —'Delphinus delphis', un delfín mular —'Tursiops truncatus'—, y cinco delfines que no fueron identificados debido al mal estado en el que se encontraban. También se hallaron tres calderones comunes y tres calderones grises.

De los seis cetáceos que aparecieron vivos, hubo dos casos en los que el varamiento fue fallido. Así, un delfín listado estuvo durante cuatro horas nadando sobre un pequeño espacio hasta que se marchó mar adentro, y en el caso de un calderón gris se realizó por una reintroducción mar adentro. De un total de 35 varamientos, 20 han aparecido en mal estado, un porcentaje muy elevado.

Entre los 12 galápagos atendidos, cinco aparecieron vivos. De ellos, dos se las llevaron al servicio de la Consejería de Medio Ambiente y se ignora su situación; una murió por una infección interna muy avanzada, otra no fue atendida a tiempo y un ejemplar fue liberado en buen estado de salud. La evolución de los varamientos de los registros de tortugas han variado en relación a las acciones del sector pesquero, aunque en los últimos años han disminuido debido a que el número de embarcaciones de palangre es mucho menor y que los pescadores se han mostrado más concienciados, según Promar.

Los registros de los varamientos de cetáceos y tortugas marinas han iniciado nuevamente una tendencia creciente pese a que desde 2004, en el que se registraron 92 varamientos, se ha dado una ligera caída en los varamientos de cetáceos salvo el repunte sufrido en 2007, con 118 casos. Desde 1990, el mayor número de varamientos se produjo en 2001, cuando se registraron 138 casos.