Shaun Tan: «La infancia es el periodo más fascinante de la vida»

  • Shaun Tan se ha convertido, por méritos propios, en uno de los ilustradores más importantes de la actualidad gracias a una carrera artística donde la sensibilidad juega un papel fundamental y donde la imaginación está al servicio de la emoción.
  • Acaba de recibir un Oscar al Mejor Corto de Animación por The lost thing (La cosa perdida), basado en su libro del mismo título.
  • Con motivo de su nuevo libro, El rey pájaro y otros esbozos, una colección de bocetos, repasamos la trayectoria de este australiano con la cabeza llena de pájaros.
Ilustración del libro The lost thing.
Ilustración del libro The lost thing.
Shaun Tan
Ilustración del libro The lost thing.

Este mes se edita en nuestro país El rey pájaro y otros esbozos (Bárbara Fiore Editora, 2011), una recopilación de los trabajos que Shaun Tan (Fremantle, Australia, 1976) guardaba en su cuaderno personal de bocetos. Una nueva oportunidad para disfrutar del singular y maravilloso universo de este creador de historias, y una excusa para hablar de esta nueva obra y repasar toda su carrera.

En El rey pájaro... se muestran algunos bocetos e ilustraciones sin terminar, ¿por qué has decidido editarlos?

Creo que son muy interesantes, mucho más espontáneos y frescos que mis ilustraciones más elaboradas. A veces me gustan más mis bocetos preliminares que mis trabajos finales, porque pueden ser más duros o locos o simplemente más simples. Además, de esta forma el lector puede ver que las ideas más complejas comienzan con garabatos muy sencillos, y es una observación que podría ser útil también para los estudiantes de arte.

¿De dónde vienen todas estas criaturas y todos estos mundos que inventas?

Con las criaturas, por lo general, comienzo con un animal real. Uno de mis libros de referencia es una enciclopedia ilustrada de los animales. Elijo al azar: un cangrejo, un renacuajo, una ardilla... y empiezo a diseñar en torno a eso. A veces continúo incorporando a la ilustración otros animales o incluso objetos. Los dibujos evolucionan con el tiempo hasta que llego a algo suficientemente convincente, que funcione en relación a su propio mundo.

Diría que eres el autor actual que mejor utiliza la metáfora como parte fundamental de tus trabajos, ¿qué opinas?

Pienso en todas mis imágenes e historias como metáforas de algo más, aunque sea solo un sentimiento. No podría decirte qué significa cada trabajo en particular, pero sí sé que viven en estrecho paralelismo con el mundo real, no importa cuán absurdos o surrealistas sean.

Parte de tu producción tiene un cariz casi infantil, ¿crees que tu obra puede gustar tanto a niños como a adultos?

Sí, absolutamente. No trabajo con un determinado tipo de audiencia en mente. En todo caso, mis historias son a menudo reflexiones de adultos sobre la infancia en lugar de cuentos infantiles. La infancia me parece el periodo más fascinante en la vida de cualquier persona.

¿Cuál fue el primer trabajo del que te sentiste plenamente satisfecho?

Un libro que se llama The rabbits [escrito por John Marsden e ilustrado por Tan en 1998]. Sentí que de verdad había logrado algo genuinamente original y artísticamente muy arriesgado. Era un comentario muy negativo sobre la colonización europea de Australia y, sin embargo, fue un éxito comercial.

¿Cuánto de ti dejas en cada nuevo libro?

Es algo que es más evidente para otras personas, como mis familiares y amigos, que para mí. Creo que mis personajes principales a menudo actúan y se comportan exactamente como yo, independientemente de que sean humanos, animales o cualquier otra cosa. Eso es algo de lo que sí he tomado conciencia.

¿Has sentido el deseo de editar en algún momento un libro que se componga únicamente de textos, sin ilustraciones?

Interesante pregunta. En realidad no, pero no es imposible. La idea de escribir una novela me resulta bastante atractiva, pero no sabría por dónde empezar y no tengo la suficiente confianza en mis posibilidades. En cambio, las imágenes vienen a mí de una forma mucho más natural.

Buena parte de tu trabajo tiene cierto paralelismo con el cómic, aunque no llega a ser uno al uso. ¿Te gustan los cómics?

He empezado a leer más y más cómics en los últimos diez años, especialmente después de trabajar en Emigrantes [2006], que se asemeja al concepto de novela gráfica. Mi experiencia parte de la pintura, así que he llegado a la ilustración por ese camino. Pero sí, es ahora cuando los cómics se están tomando más en serio.

De algún modo, en tu obra suele vencer el optimismo por encima de las dificultades. ¿Crees que un tipo de arte con una visión más positiva es necesario en el mundo en el que vivimos?

Sí, pienso que sí. Creo que el arte trata de la verdad, por lo que no siempre tiene que ser positivo, pero si he aprendido algo es que el optimismo sobrevive más tiempo que el pesimismo. Todo lo que vemos a nuestro alrededor se basa en el optimismo de nuestros antepasados, aunque el mundo siga estando plagado de terribles problemas e injusticias.

¿Cuál es la cosa más hermosa que han llegado a decir sobre su trabajo?

Ha habido gente que ha dicho de El árbol rojo [2001] que les había salvado la vida. Supongo que puede deberse a que habían sufrido depresión, como yo, y este libro habla de los problemas de una manera honesta. Se ha utilizado mucho con personas que sufren enfermedades mentales y terminales, como punto focal para la discusión.

Otra de tus obras, La cosa perdida (2000), se ha convertido en un cortometraje de animación. ¿Está satisfecho con su adaptación al cine? [La cosa perdida acaba de recibir un Oscar al Mejor Cortometraje de Animación]

Sí. No creo que sea perfecta, porque no hay nada que lo sea, pero se acerca bastante. He estado muy involucrado en la producción como director principal y artista, así que he tenido el privilegio de darle una visión muy personal con un buen equipo a mi alrededor.

Has recibido ya numerosos premios y reconocimientos a tu carrera pero, a efectos prácticos, ¿para qué sirven todos esos premios? ¿Todavía te hace ilusión recibirlos?

¡Otra pregunta interesante! Creo que lo más significativo de recibir un premio es que introduce los libros ilustrados a lectores a los que de otro modo no llegarían. Mi estilo de trabajo es bastante inusual y oscuro, por lo que podrían pasar fácilmente por alto para el gran público. Podría decir que los premios me han ayudado a superar tanto eso como la idea de que soy un ilustrador para niños. Después de haber recibido algunos galardones de ficción literaria, cómics y cine, el público adulto está acercándose a mis historias muy en serio. Eso no siempre sucedía en el pasado, y por eso tuve problemas para recibir atención de la crítica seria.

Finalmente, ¿cuál es el libro clásico que te gustaría ilustrar?

También una pregunta interesante. Jabberwocky, de Lewis Carroll. Es un poema que me gusta porque está muy abierto a la interpretación. Y Rebelión en la granja, de George Orwell, también podría estar bien.

www.shauntan.es

www.barbara-fiore.com

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