Acusadas de intentar quedarse con la herencia de un sacerdote dudan de la autoría de su testamento

Fiscalía mantiene su petición de nueve meses de prisión y multa para las dos procesadas, hermana y sobrina del fallecido

La Audiencia de Granada ha acogido este miércoles el juicio contra la hermana y la sobrina de un sacerdote acusadas de intentar quedarse con toda su herencia, pese a que su familiar había escrito a mano un documento en el que expresaba su voluntad de otorgar la mayoría de sus bienes a un matrimonio amigo. Para las procesadas, de 85 y 57 años respectivamente, ese testamento ológrafo pudo haber sido redactado por una tercera persona porque, según aseguran, el sacerdote no les había comentado nada de que hubiera dejado instrucciones sobre el destino de sus propiedades.

Durante el juicio que ha quedado ya visto para sentencia en la Sección Segunda de la Audiencia, la hermana, que ha llegado con dificultades hasta el banquillo de los acusados dada su avanzada edad, ha explicado que "de todo el papeleo" se hizo cargo su hija, también inculpada, y que ella nunca tuvo constancia de que su hermano hubiera hecho testamento.

La hija, sobrina del fallecido, ha dudado de las circunstancias en que su tío pudo escribir un documento dejando el 70 por ciento de la venta de su casa y el saldo de su cuenta corriente a un matrimonio y ha reconocido que promovió un proceso judicial para declarar a su madre heredera universal de todos los bienes de su tío "porque era necesario" aun después de haber recibido la noticia de que el cura había dejado un documento escrito de su puño y letra en el que manifestaba una voluntad distinta.

"Dudamos que lo que está escrito en ese documento lo dispusiera mi tío. No era su letra, eran unos garabatos", ha señalado ante la Sala la sobrina, que no tuvo conocimiento del mal estado de salud en el que se encontraba el sacerdote hasta que una monja del convento avisó a la familia por teléfono.

El matrimonio al que el cura dejó supuestamente en herencia el 70 por ciento del dinero de la venta de su casa y la cuenta corriente han explicado que no sabían que el cura les había dejado esa herencia y que cuando les fue comunicada promovieron un procedimiento civil para dar legalidad al documento escrito por el sacerdote tan sólo un día antes de su muerte.

Además, en la vista oral ha declarado el sacerdote que presenció cómo el fallecido escribía en un papel su última voluntad. "Él me dijo que quería dejar expresados sus deseos sobre el destino de sus bienes. Eso fue lo que escribió, su voluntad. Estaba físicamente deteriorado, pero consciente", ha dicho su amigo y compañero, que ha explicado que el matrimonio cuidaba del cura ya difunto mientras estaba enfermo.

Una vez terminadas las declaraciones de los testigos, la Fiscalía ha confirmado su petición de pena de nueve meses de prisión y multa de 1.800 euros por un delito de estafa en grado de tentativa para las dos procesadas, que actuaron "con ánimo de ilícito beneficio" y siendo "plenamente conscientes" de la ilegalidad que cometían promoviendo en un juzgado la declaración de la hermana como heredera universal pese a que el fallecido había dejada por escrito otra voluntad.

La acusación particular, ejercida por el matrimonio al que el sacerdote dejó supuestamente la mayor parte de su herencia, pide para cada una de las inculpadas dos años de prisión y multa de 3.240 euros, además de una indemnización de 300.000 euros, la cantidad en la que ha sido estimado el legado del cura.

Acusación de la fiscalía

Según consta en el escrito de acusación del Ministerio Público, al que ha tenido acceso Europa Press, fue el 26 de junio de 2006 cuando el sacerdote Alfonso J.D. le entregó su testamento a otro sacerdote y falleció al día siguiente. Pocos días después de su muerte, el sacerdote a quien le había entregado el documento reunió a la hermana del difunto, Dolores J.D., de 85 años, a la hija de ésta, Eva M.J., de 57 años, y a un matrimonio amigo.

En la reunión, el clérigo les comunicó la existencia del testamento ológrafo y les leyó su contenido. En el mismo se determinaba que el importe de a venta de una casa propiedad del fallecido, sita en la localidad de Pulianillas, se distribuiría en un 30 por ciento para su hermana y en un 70 por ciento para el matrimonio.

Asimismo, determinaba que el saldo de una cuenta de su libreta de ahorros fuera para el mismo matrimonio, que unos meses más tarde, en noviembre de 2006, inició un procedimiento judicial para la protocolización —firma ante notario— del testamento, que se ordenó por un juez el 22 de febrero de 2007.

Sin embargo, con fecha 27 de noviembre de 2006 la hermana del fallecido y su hija, "no contentas con las disposiciones testamentarias de su hermano y tío respectivamente y para obtener un beneficio ilícito", según el fiscal, promovieron ante un juzgado de Granada un expediente de declaración de herederos, con el fin de que se les reconociera un derecho sobre unos bienes que no tenían.

Pretendían, considera el Ministerio Público, obtener por la vía judicial lo que el fallecido les había negado en su última voluntad. Así, mediante un auto de 4 de mayo de 2007 "se consumó el engaño" y el juzgado declaró única y universal heredera a la hermana en perjuicio del legítimo derecho del matrimonio, que ya había sido sin embargo reconocido en la protocolización del testamento.

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