Llanuras y valles de Atacama, paisajes de otro mundo

  • San Pedro de Atacama es el centro turístico de este desierto al norte de Chile.
  • Volcanes, salares, géiseres y áridos valles en los paisajes famosos de la zona.
  • La altitud, el clima y la poca contaminación lo convierten en un gran observatorio.
Es un lugar estupendo para la observación del cielo.
Es un lugar estupendo para la observación del cielo.
Explora.com
Es un lugar estupendo para la observación del cielo.

Hace unos meses, el desierto de Atacama se llenó de televisiones. Medio  mundo quiso seguir paso a paso los trabajos de rescate de los 33 mineros chilenos que quedaron encerrados tras el derrumbe del pozo San José de Copiapó. Esa historia de larga espera con final feliz nos mostró día tras día la realidad más dura de un territorio que, visto desde otro prisma, puede llegar a atrapar a sus visitantes.

El pueblo de San Pedro de Atacama es el centro turístico de la región. A los pies del volcán Licancabur, esta pequeña localidad sorprenderá al viajero por su ambiente relajado y la mezcla de visitantes que tienen en él su campamento base. Las calles son de tierra y las casas de una piedra volcánica con apariencia de adobe. Hay alojamientos para todos los bolsillos y los lugares de referencia son la iglesia de San Pedro y el museo Padre Le Paige, que muestra la herencia de los pueblos precolombinos y a una momia cariñosamente conocida como Miss Chile. La calle con más vida es Caracoles, donde se encuentran los restaurantes, la oferta de excursiones por la región y el alquiler de bicicletas.

Tierra de salares y géiseres

Una de las estampas más características de este desierto son sus grandes salares. A 55 kilómetros al sur de San Pedro se encuentra el de Atacama, que es el tercero más grande del mundo con unas dimensiones de 100 kilómetros de largo por 80 de ancho. En Chaxa, el lugar más visitado de esta zona, está la Reserva Nacional Los Flamencos, refugio de gran número de aves. En diferentes puntos del salar hay lagos de un impresionante color turquesa.

Otra de las excursiones de un día que se pueden hacer desde San Pedro es a la zona de los géiseres de Tatio, el campo geológico con mayor número de chimeneas del hemisferio sur. Está situado a 95 kilómetros del pueblo y, aunque el recorrido se inicia normalmente de madrugada, es impensable descansar en el camino por las malas condiciones de la carretera. Para ver el espectáculo  en su verdadera dimensión es necesario llegar al amanecer a la zona para que el vapor sea visible al chocar con el frío exterior. De esta forma, se pueden llegar a observar chorros de hasta 10 metros de alto.

En este lugar, el visitante debe seguir las instrucciones de los guías y no olvidar que la temperatura del agua es extrema. Para quienes quieran bañarse, existen pozos termales habilitados, pero hay que seguir pendiente porque la temperatura del agua no está totalmente controlada y puede quemar cerca de alguna de las grietas. Otro lugar famoso por sus pozas en la región son las termas de Puritama.

El cielo de Atacama

Atacama es un lugar estupendo para la observación del cielo. El desierto está libre de contaminación lumínica, algunas áreas se sitúan a más de 5.000 metros de altura y se le calculan alrededor de 330 noches despejadas al año. Las empresas turísticas que trabajan la zona ofrecen salidas al finalizar cada jornada junto con guías astrónomos, pero también se pueden observar las constelaciones de puertas a dentro. El hotel Explora Larache, a un kilómetro de San Pedro de Atacama, tiene un observatorio astronómico propio (y unas tarifas de entre 600 y 900 dólares la noche).

Se dice que este desierto es el lugar más árido del mundo y la comunidad científica internacional reconoce que puede ser una de las zonas de la tierra más parecidas a Marte. Por esta razón, el Observatorio Europeo Austral (ESO) está planeando construir una simulación de una colonia espacial en Chajnantor, a unos 55 kilómetros al este de San Pedro, donde ya está implantando el telescopio ALMA para el estudio del Universo frío, que se prevé que esté en marcha en 2012. Aunque el proyecto se ha concebido como un complejo científico y tecnológico, no se descarta que sea un nuevo atractivo turístico para la región.

Para quienes no puedan esperar, el paisaje extraterrestre lo pueden encontrar a 17 kilómetros de San Pedro, contemplando un atardecer en  el Valle de la Luna. Esta depresión, declarada Santuario de la Naturaleza por su extraordinaria belleza, es de piedra y tierra y tiene formaciones de sal que le dan un aspecto mágico en las noches de luna llena.

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