Ayuntamiento de Valladolid prueba calderas de biomasa en la Casa del Barco para ahorrar 48 toneladas de CO2 al año

El Ayuntamiento de Valladolid ha iniciado una experiencia piloto con una caldera de biomasa en el edificio de la Casa del Barco, sede de la Concejalía de Desarrollo Sostenible, como paso previo a un plan de renovación de los sistemas de climatización que puede ahorrar hasta 48 toneladas de emisiones de dióxido de carbono (CO2) al año.

El Ayuntamiento de Valladolid ha iniciado una experiencia piloto con una caldera de biomasa en el edificio de la Casa del Barco, sede de la Concejalía de Desarrollo Sostenible, como paso previo a un plan de renovación de los sistemas de climatización que puede ahorrar hasta 48 toneladas de emisiones de dióxido de carbono (CO2) al año.

El alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, y el concejal de Desarrollo Sostenible, Jesús Enríquez Tauler, han dado a conocer hoy algunos detalles del proyecto para instalar una de estas calderas, que utilizará como combustible restos vegetales de montes de titularidad municipal.

El planteamiento que ha desarrollado la empresa Cenit Solar pretende emplear como recursos energéticos los residuos de la limpieza del Pinar de Antequera y el Pinar del Esparragal —ambos suman una extensión de más de 1.800 hectáreas—, que una vez convertidos en pellets se convertirán en el combustible utilizado por esta caldera.

Anualmente, en estos pinares se recogen unas 1.800 toneladas de restos derivados de trabajos selvícolas, sin contabilizar los procedentes de otras áreas forestales más pequeñas como Las Contiendas, Fuente el Sol o El Rebollar y las podas efectuadas en las zonas verdes urbanas, que también pueden aprovecharse.

De hecho, la Agencia Energética de Valladolid (Aemva) trabaja junto a otros socios europeos en el proyecto Evaluación de Fuentes de Energía de Biomasa para Municipios (Embium), que persigue la puesta en valor de los residuos de biomasa locales para su uso en estos fines, dentro de una política de aprovechamiento de este tipo de recursos que tiene un claro carácter medioambiental.

Ahorro en emisiones

Para ello, se prevé sustituir las calderas actuales del citado edificio, que cuentan con 19 años de antigüedad y son de gas natural, por otras de biomasa, lo que supondría una considerable reducción de emisiones a la atmósfera, cifrada en 48.600 kilogramos de CO2 al año.

Fuentes municipales han destacado, además, que este tipo de calderas tiene un coste de mantenimiento inferior al actual, y conllevan un ahorro económico notable, cifrado en unos 1.500 euros el primer año, hasta alcanzar los 2.400 euros en quinto año de funcionamiento, o los 4.500 euros el décimo año. Por tanto, el ahorro acumulado estimado en quince años alcanzaría los 60.000 euros, sin olvidar que el Ayuntamiento no ejecutará ninguna inversión inicial, pues corre con cargo a la empresa.

Finalmente, se estudiará el resultado de esta experiencia para decidir una posterior implantación de calderas similares en otras dependencias municipales de mayor tamaño, como los colegios públicos, para aprovechar los recursos energéticos que generan los mencionados montes de utilidad pública.

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