«Los lunes debemos de intensificar el trabajo de limpieza», indicaron ayer a 20 minutos fuentes de Tramvia Metropolità. La empresa que gestiona el TramBaix y el TramBesòs tiene localizadas cinco paradas especialmente conflictivas.
Los puntos negros de vandalismo son las estaciones de la de Fontsanta, en Sant Joan Despí, la de Cornellà Centre, la de la Avinguda Xile –situada al lado de la discoteca Pachá–, la de Zona Universitària y la de Ca l’Aranyó, en la línea del Besòs.
Suciedad, cristales rotos, botellas y pintadas son los principales desperfectos registrados los fines de semana y que han obligado a intensificar el plan de limpieza.
Sin escaleras ni extintores
El intercambiador de Cornellà-Centre es un lugar especialmente crítico de actos vandálicos. Los usuarios del tranvía se encuentran con frecuencia con que las escaleras mecánicas, que dan acceso al parking de detrás de la estación de Renfe, rara vez funcionan. Además, el ascensor huele a orina, los extintores desaparecen y los graffitis forman parte de la decoración de esta estación, que es de las más concurridas.
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