Unas 150.000 madrileñas no se hacen la mamografía preventiva

Una mamografía.
Una mamografía.
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Una mamografía.

Sólo 24 horas antes de pasar por el quirófano, la presidenta regional animaba a las madrileñas a no descuidar sus revisiones ginecológicas y, especialmente, las pruebas que como las mamografías permiten una detección precoz del cáncer de mama "aunque sean desagradables", decía.

Esperanza Aguirre–que este martes fue intervenida con éxito durante una hora y media en el hospital Clínico por el equipo de doctor Román–, sabía bien de lo que hablaba. Su cáncer de mama ha sido "cogido a tiempo" dentro de una revisión rutinaria, pero no todas las madrileñas cumplen con el consejo médico.

Según los datos de la Consejería de Sanidad, el año pasado 155.432 mujeres se sometieron a la prueba dentro del Programa de Detección Precoz del Cáncer de Mama– en 2009 se hicieron la mamografía 132.527–, pero casi el mismo número (se estima que unas 150.000) no acudieron a hacerse la prueba que puede salvarles la vida.

Entre 50 y 69 años

Desde la Asociación Española contra el Cáncer (Aecc) –que gestiona el programa de detección precoz en la región–, tienen claras las causas por las que las madrileñas entre los 50 y los 69 años prefieren no acudir a hacerse la prueba diagnóstica.

A esas edades, los médicos recomiendan hacerse una mamografía cada dos años, pero buena parte de las madrileñas que reciben la carta de la Comunidad para hacerse la prueba, no acuden principalmente "por miedo", explican desde la Aecc. Es más, las pacientes reconocen que "no lo harán hasta que se manifieste claramente algún síntoma de la enfermedad", precisan . Además, tienen la idea de que la prueba es "una búsqueda activa de problemas", matizan.

Pero cuando se manifiesten los síntomas, los expertos alertan de que quizá sea demasiado tarde. A día de hoy, el tiempo medio de espera para hacerse una mamografía por la "vía ordinaria" asciende a tres meses, según confirmaron fuentes de la Asociación de Medicina Familiar y Comunitaria. Un plazo en el que coincide la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública, "aunque puede variar un mes más o menos según los centros", explicaron fuentes de la agrupación. Eso sí, si el médico de cabecera o el ginecólogo detecta un bulto mandará la prueba por vía "preferente", lo que reduce la espera a no más de 15 días.

Estos periodos se cumplen siempre y cuando el síntoma sea evidente, ya que si no la demora puede alcanzar los ocho meses de espera, según denuncian desde la Asociación del Defensor del Paciente. Esto ocurre–dicen–cuando la mujer acude a su médico de familia con molestias pero sin un bulto claro. Éste la derivará al especialista (ginecólogo) para que los valore. Será él quien, una vez en consulta tras la espera pertinente, decida si pide o no la mamografía.

Oncólogos saturados

La "presión asistencial" que sufren los oncólogos en España ha hecho que el tiempo que dedican a sus pacientes llegue a "extremos inaceptables", según denuncia la Fundación Excelencia y Calidad de la Oncología, formada por 23 jefes de servicio de las principales hospitales del país. Según estos profesionales, el paulatino crecimiento del número de pacientes impide su adecuada atención y "acorta los tiempos de las consultas", explicaron. Para mejorar la atención, los expertos creen que es prioritario "informatizar" todo el proceso.

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