Los trastornos de conducta alimentaria, tales como la anorexia y la bulimia, registran una mayor incidencia entre los 25 y los 34 años de edad y afectan especialmente a mujeres, según se desprende de la tesis de doctorado realizada por Alejandra Larrañaga en el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi).

Este estudio ha determinado, por primera vez en Galicia y también en España, la incidencia acumulada de este tipo de trastornos. La investigación incluye a ambos sexos y ha sido realizada en un amplio rango de edad.

Pese a que, comúnmente, los trastornos alimentarios se suelen asociar a la adolescencia, la tesis ha determinado que entre los 25 y 34 años se dan 5,2 episodios por cada 100.000 personas al año, mientras que en el rango comprendido entre los 15 y los 24 años se producen 4,4 casos.

En lo que se refiere a sexos, la incidencia acumulada en mujeres es de 26 casos por cada 100.000 habitantes al año, mientras que en varones es de 1,5 casos; un dato "estadísticamente significativo", según la investigadora.

Resultados globales

Los resultados globales de la investigación revelan una prevalencia de trastornos de conducta alimentaria de 82,8 casos por 100.00 habitantes, siendo 18,6 los casos de anorexia nerviosa; 25,7, los de bulimia nerviosa y 38,3, los de trastornos de la conducta alimentaria no especificados.

En cuanto a sexos, la prevalencia de estos trastornos en mujeres es de 151,5 casos y de 8,4 en varones —por cada 100.000 personas—.

Además, el estudio fija el porcentaje de curación en un 39,2 por ciento de los casos, el de recuperación parcial en un 53,5 por ciento y el de cronificación en el 7,1 por ciento, mientras que el índice de mortalidad es cero.

Según explica Larrañaga, con psicoterapia cognitivo-conductual y soporte nutricional se observa "una alta tasa de curación". Asimismo, ha destacado que "cuanto más jóvenes son las personas con anorexia, más posibilidades tienen de superar este trastorno alimenticio".

El estudio ha sido realizado en la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Chuvi, donde Larrañaga ejerce como psicóloga. El director de la tesis ha sido Ricardo García-Mayor, jefe de Endocrinología y Nutrición.