Brokeback Mountain, la gran favorita, ha conseguido finalmente tres Oscar: mejor director (Ang Lee), mejor guión adaptado (Larry McMurtry y Diana Ossana) y mejor banda sonora (Gustavo Santaolalla).

Pero sin duda la gran triunfadora de la noche ha sido Crash, que apenas figuraba en las quinielas.

Esta película coral que recoge las crisis raciales que se dan una noche cualquiera en el corazón de Los Angeles, también logró el premio a mejor guión original (Paul Haggis y Bobby Moresco) y mejor montaje.

En total tres estatuillas, las mismas que Brokeback Mountain.

El mejor largo de animación ha sido Wallace & Groomit, la maldición de las verdudas, que se ha impuesto a La novia cadáver de Tim Burton y a El castillo ambulante.

Premios de actuación

Los llamados 'premios menores'

King Kong se ha llevado tres premios de caracter eminentemente técnico: efectos visuales, sonido y montaje de sonido.

La preciosista Memorias de una geisha ha logrado otros tres galardones de componente más artístico: vestuario, dirección artística y fotografía.

Las Crónicas de Narnia únicamente se ha llevado el maquillaje.

Es obvio ya desde el momento de las nominaciones que las cintas más espectáculares, destinadas a romper taquillas, han quedado relegadas a este tipo de galardones.

Con los bolsillos vacios

Todos los años hay un puñado de películas que se van con las manos tan vacías como habían venido.

En esta ocasión se puede mencionar a Munich de Spielberg, Buenas noches y buena suerte, de Clooney, Una historia de violencia, Orgullo y prejuicio o La guerra de los mundos.

No obstante, esta edición no se recordará por albergar fracasos clamorosos. Ninguna cinta acumulaba tantas nominaciones como para que destaque el irse en blanco.

Algunas impresiones de la 78 ceremonia

Reivindicativa del papel social del cine, discreta, muy rápida (acabó a las 5:30 aproximadamente) y consciente del mal momento de la Industria. Así ha sido la última gala de los Oscar. Vayamos por partes.

Hollywood quiere ser combativo. Desde el Oscar honorífico a Robert Altman hasta las numerosas referencias al papel reivindicativo de las películas, con un vídeo que mostraba fragmentos de películas como Matar a un ruiseñor o Philadelphia.

La duda ahora es qué fue antes. Si la Academia decidió adoptar esta línea como resultado del corte de las películas seleccionadas o si la selección ya correspondía a esta intención.

Ha sido una de las ceremonias más sobrias que se recuerdan. El nuevo anfitrión Jon Stewart ha sido correcto pero ni mucho menos tan divertido como la mayoría de sus predecesores. También ha sido de las más rápidas.

Por otro lado, la industria cinematográfica no ha vivido su mejor año y es perfectamente consciente de ello. Muchas superproducciones llamadas a romper taquillas han tenido un comportamiento mucho más discreto que el que hubieran tenido en años anteriores.

Así se explica la referencia a la piratería del presentador de la gala en su discurso inicial. Aunque le quitó hierro al asunto: "estáis robando a esa gente, que no puede permitirse suficiente tela como para taparse el escote".

Otra muestra la protagonizó el presidente de la Academia destacando que "un DVD no tiene nada que ver con la experiencia de ver una película en el cine".

Pequeños detalles

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