Ese año entró en vigor la ley que igualaba la carrera militar entre ambos sexos. Desde entonces, ningún destino está vetado para las féminas. Fue el impulso que necesitaban. Más de 8.000 se alistaron entre 1999 y 2002.
«Empresa de hombres»
«Aunque ahora las cosas son muy distintas, en aquellos años la mujer se alistaba en una empresa de hombres. Incluso las instalaciones no estaban preparadas para nuestras necesidades», explica a 20 minutos la soldado de infantería, Estrella Millán, que ya lleva 11 años en el Ejército de Tierra.
A finales del año pasado, Esther Yáñez, de 34 años, se convertía en la primera mujer en la historia de la Armada española en capitanear un buque de guerra: una patrullera.
A su mando, 20 tripulantes. Defensa asegura que esta situación va a cambiar radicalmente en los próximos años, ya que la cuarta parte de los alumnos de las academias militares, y por tanto los futuros oficiales, son mujeres.
Desde legionarias hasta artilleras
Aunque muchas trabajan en despachos, las mujeres están ya presentes en todas las unidades: desde las de élite, como la Legión, hasta otros cuerpos de combate, como pilotos y artilleros.
Tierra: Suponen más de 11.000 (el 14,5%).
Armada: Hay 1.892 marineras (el 9,8% del total).
Aire y Cuerpos Comunes: 2.667 (12,7%) y 589 (el 16%).
Mujeres de armas tomar
Miriam Mejías Vilar. Alférez del E. del Aire.
«Buscaba estabilidad laboral»
Destinada a la plana mayor de la Base Aérea de Zaragoza, Miriam, de 27 años y dos en el Ejército, asegura que aunque la tradición militar de su familia le ayudó a ingresar en el Ejército, «también buscaba una estabilidad laboral, espero que sea mi trabajo definitivo. La movilidad geográfica de esta profesión dificulta poder formar una familia, ya que mi pareja también es militar».
Isabel González Cañas. Teniente E. Tierra.
«Mi objetivo es jubilarme aquí»
Tiene 29 años, lleva cinco en el Ejército. Estudió periodismo. «Ésta es una profesión como otra cualquiera. De hecho, ahora desempeño funciones periodísticas dentro del Ejército. Estoy muy contenta. Mi objetivo es hacer aquí carrera y jubilarme en las Fuerzas Armadas. Creo que la integración de la mujer en el Ejército es total, ya que se asciende por méritos propios, no por tu condición sexual».
Rosalía Loureiro. Soldado de infantería.
«Me alisté por vocación»
Con sólo 21 años, lleva dos alistada. Está destinada en Torrejón de Ardoz (Madrid). «Me metí en el Ejército por vocación. Es una profesión y quiero hacer la carrera militar. También me ilusiona poder participar en alguna misión de ayuda humanitaria en el extranjero. Me gustaría, no obstante, que en el Ejército hubiera más ayudas para conciliar la vida familiar y la profesional».
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