Los expertos que se han reunido durante estos días en el VII Congreso Ibérico sobre Gestión y Planificación del Agua en Talavera de la Reina (Toledo), han exigido priorizar el abastecimiento a las poblaciones de la Cuenca del Tajo frente a Madrid, las hidroeléctricas y el Segura.

Así se desprende de algunas de las conclusiones del encuentro que han sido explicadas por los profesores Leandro del Moral, de la Universidad de Sevilla y Francesc La Roca de la Universidad de Valencia, ha informado en nota de presa la organización del evento.

Igualmente, han establecido, sobre la gestión del agua en la demarcación internacional del Tajo, que La planificación del Tajo "está coja" y "priman" los intereses de Madrid, los de las empresas hidroeléctricas y los de la cuenca del Segura, mientras el estado ecológico del río, las necesidades de abastecimiento y los usos comunes de los ribereños "están postergados".

Para los expertos, el Plan de Cuenca del Tajo debe partir del establecimiento de un régimen de caudales que permita la recuperación y mantenimiento del buen estado ecológico, lo que implica, entre otras medidas. la mejora de la calidad de las aguas usadas que retornan a los ríos.

"Se debe priorizar el abastecimiento a las poblaciones de la cuenca y la satisfacción de los usos comunes de los ribereños frente a los privativos. Sólo una vez satisfechas las necesidades de la cuenca se puede hablar de sobrantes susceptibles en su caso de ser trasvasados", han señalado.

Según dicen, la preferencia de los usuarios del Trasvase Tajo-Segura por el agua que reciben del Tajo frente a la desalada "no se justifica por una evaluación rigurosa de las alternativas, sino por la diferencia de las subvenciones implícitas. Para el agua desalada se exige una cobertura de costes mayor que en el caso de la trasvasada, por la que se repercute a los usuarios una fracción mínima de los costes", añaden.

Igualmente, afirman que el proyecto de agua reciclada del Jarama y el Henares "es difícilmente reversible", y que los trasvases "no tienen sentido hoy en día", ya que existen alternativas viables desde la sostenibildad. "Cuando se incluyen todos los costes, la comparación no favorece a los trasvases y los problemas del agua no pueden ser afrontados con visiones obsoletas de otro siglo", ha n asegurado.

Estado ecológico y balance de la gestión

Los expertos también han disertado en sus conclusiones sobre estado ecológico e impactos del cambio global en ríos y aguas de transición, del que han dicho que problemas como la falta de datos o los derivados de la diversidad institucional de los estados miembros siguen sin resolverse.

Según afirman, el concepto de caudales ecológicos como medida de gestión para alcanzar los objetivos de la Directiva Marco del Agua (DMA) "es un tema polémico" porque "es difícil" establecer la relación cuantitativa entre régimen hidrológico y estado ecológico. "Por ello hay que utilizar bien los diversos índices y mantener el sentido crítico de lo que los científicos ofrecen a los gestores", apuntan.

También han hecho un balance de una década en la gestión del agua, afirmando en un primer momento que la implementación de la directiva en la Unión Europea es posible y que el contexto de crisis en el que finalmente se están aprobando los planes plantea "una exigencia de mayor creatividad e innovación" en las medidas.

Para los expertos, del resultado de la evaluación de los planes iniciada por la Comisión Europea podrían derivarse sanciones a los Estados miembros por el incumplimiento de la DMA. Además, añaden que hay una sobreestimación de los índices de recuperación de costes y destacan la ausencia generalizada del cómputo de costes ambientales.

Tras poner de manifiesto que el único plan de cuenca ibérico aprobado hasta la fecha es de las cuencas internas de Cataluña, afirman que tiene también sus "limitaciones", que se presentan con mayor vigor debido a las condiciones políticas y económicas en que habrá de ejecutarse.

Cambio de valores

Por último, hablan de un cambio de valores a través de la comunicación afirmando que la las crisis del agua forman parte de una crisis más profunda y multidimensional de carácter civilizatorio, "que es necesario afrontar con una revisión de los valores culturales que fundamentan nuestra relación con el medio".

Para estos expertos, la educación constituye una "pieza principal" en la construcción de una nueva sensibilidad con la que relacionarse con el medio y más concretamente con los ecosistemas acuáticos. Por ello, establecen que la actividad científica, como una forma más de conocimiento, "debe establecer puentes de comunicación".

Finalmente, piden fomentar el compromiso de los jóvenes con la protección de la naturaleza.