Vecinos de Torrero y la Paz critican que el Ayuntamiento no valore su opinión para mejorar el Canal Imperial

Las Asociaciones de Vecinos de Venecia-Torrero y la Paz y varios movimientos ciudadanos han criticado que el Ayuntamiento de Zaragoza no tiene en cuenta su opinión para realizar mejoras en el Canal Imperial de Aragón.
Embarcadero del Canal
Embarcadero del Canal
AAVV TORRERO
Embarcadero del Canal

Las Asociaciones de Vecinos de Venecia-Torrero y la Paz y varios movimientos ciudadanos han criticado que el Ayuntamiento de Zaragoza no tiene en cuenta su opinión para realizar mejoras en el Canal Imperial de Aragón.

En concreto, han asegurado que el consejero municipal de Cultura, Medio Ambiente, Participación Ciudadana y Grandes Proyectos -"el concepto lo dice todo"-, Jerónimo Blasco, "jamás se ha dirigido a los vecinos del barrio para comunicar nada al respecto, ni contar con la opinión de la gente, cuando ha sido la gente la que se ha preocupado de presentar proyectos para el Canal y mantenerlo vivo con distintas iniciativas a lo largo de los años".

Así, lamentan que "está ahogando el sentir ciudadano estrangulado por ordenanzas municipales, y se empeña en afirmar que el canal no es navegable. Los gestores de la ciudad no están a la altura". En este sentido se han preguntado que si el canal era navegable en 1784 con los medios de la época, "no lo podría ser hoy en día".

Estas dos asociaciones de vecinos recuerdan en un comunicado que, junto a los movimientos ciudadanos El Cantero, Venecia Aire Libre, la Unión de Montaña Venecia o la Asociación Barro y Albardín, "llevamos ya tres decenios reclamando la recuperación del Canal Imperial de Aragón a su paso por nuestra ciudad, como un espacio público, no lucrativo y de esparcimiento para sus habitantes".

El avance que supuso esta gran obra de la Ilustración en su momento, impulsada por Ramón Pignatelli, "nunca ha sido lo suficientemente valorado por las autoridades de esta tierra, que viven de espaldas a todo lo que no sean proyectos especulativos y de endeudamiento público".

En este sentido, se han referido a "exposiciones deficitarias, polígonos industriales desiertos, centros de redistribución de droga y prostituyentes -Gran Scala- olimpiadas invernales ecológica e económicamente inviables, campos de fútbol para equipos de segunda con las recalificaciones consecutivas de terreno, decenas de miles de VPO sin tan siquiera cimentar, mientras el casco histórico de la ciudad y los barrios históricos acumulan más de 20.000 viviendas abandonadas a la especulación y el derribo".

El Canal, "nuestro canal", cuenta con unos recursos paisajísticos, urbanísticos, ecológicos e históricos de primera magnitud. Es un pulmón para las gentes del barrio y de toda la ciudad, de ahí el "cariño que todos le tenemos", destacan estos colectivos vecinales.

Tras esta exposición, inciden en que "el canal tiene que ser protegido y recuperado de una vez por todas en su conjunto, antes de que se sigan perdiendo sotos y las instalaciones se continúen deteriorando y degradando".

Para estos colectivos vecinales y ciudadanos "es penoso observar el estado en que se encuentran los embarcaderos del Canal en los barrios de Venecia y la Paz. La ribera del canal se llena de pintadas fascistas, las fuentes carecen de agua, los pinares están abandonados, toda la instalación de iluminación ha sido arrancada y los cables permanecen al aire con el consiguiente peligro de electrocución", han relatado.

Añaden en este descripción que "los muros ataludados de las roderas a la altura de las instalaciones deportivas del campo de fútbol municipal José Luis Violeta se caen a pedazos, y las instalaciones municipales del embarcadero parecen salidas de pleno bombardeo de Bagdag a la espera de una pública subasta".

En el escrito agregan que "con el más de millón y medio de pérdidas generadas por la telecabina de Aramón al complejo de la Expo y los desmanes que en su día se provocaron con los dragados del Ebro para hacerlo navegable, a los gestores municipales no se les ocurre mejor cosa que hacer que subarrendar locales públicos para convertirlos en bares".

"MIEDO"

Así critican que esta sea la alternativa de ocio y gestión que "nos dan a los ciudadanos. En su opinión necesitamos bares, como si no hubiera suficientes. Y lo público, lo que es de todos, se arrienda, se especula para poner tiritas en los agujeros de una gestión municipal nefasta".

A colación, aseguran que "nos da miedo la cesión que de lo público se está haciendo a lo privado, al capital. Y siempre de espaldas al pueblo. El agua es de todos. El Canal también. Se empieza por arrendar o subarrendar lo público para después privatizar su uso y gestión. Lo estamos viendo con las obras hidraúlicas en Madrid, y los movimientos especulativos de Aguas de Barcelona (Agbar) en todo el Estado".

Seguidamente, sostienen que "la responsabilidad de los gestores públicos y de todas las personas es no permitir que el agua se convierta en elemento de especulación. No todo vale. Todo tiene un límite, o debería. Y cuando la codicia del capital parece no tenerlo, se le debe poner freno".

Es en este sentido que los vecinos y vecinas de los barrios que ven fluir el agua del canal a su lado, desde que los barrios son barrios, proponemos un uso distinto del canal, público y no especulativo. Un proyecto lúdico en el que las barcas, canoas y kayaks "vuelvan a navegar por el canal contribuyendo a la salud, divertimento y ocio de las personas".

Entre las propuestas que expresan dicen querer un canal ciclable, como arteria que una los espacios verdes de la ciudad, que sea recuperado para la práctica de la escalada, con instalaciones para rápel y rocódromos públicos, recuperando una actividad que históricamente se realizó en las esclusas y muros.

Otras apuestas pasan porque pueda servir como espacio para recuperar los juegos tradicionales y en la naturaleza, que sea un espacio educativo integral, con recorridos guiados a nivel artístico, cultural y medioambiental y excursiones programadas que enseñen los tesoros que el canal alberga. También abogan por el aspecto social, con el uso de las instalaciones hoy abandonadas como ludotecas y zonas de libros liberados, aulas de naturaleza y talleres de jardinería.

Antes de concluir preguntan al equipo de gobierno si "se han planteado alguna vez la cantidad de puestos de trabajo estables que se generarían en un Canal bien gestionado" para recordarles que "es su responsabilidad hacerlo".

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