Los valencianos que fueron sorprendidos el año pasado pisando el acelerador más de la cuenta por las carreteras y ciudades de la provincia de Valencia casi se triplicaron con respecto al año 2009.

Así lo reflejan los datos facilitados por Jefatura Provincial de Tráfico, según los cuales, de las 13.486 sanciones impuestas hace dos años por exceso de velocidad se pasaron a las 35.114 de 2010. Estas denuncias acarrearon además la retirada de un total de 76.082 puntos del carné (16.000 más que en 2009).

Y es que, las sanciones por exceso de velocidad pueden acarrear la retirada de 2 a 6 puntos, además de una multa de 100 a 600 euros. En el caso de superar la velocidad en más del doble de lo permitido, acarrea un delito penal que se puede saldar con prisión.

Pero, ¿cuál es la causa de este gran aumento? Sin duda, el incremento del número de radares fijos, que han pasado de los 11 del año 2008 a los 24 actuales, ha sido definitivo, ya que los últimos datos de la DGT reflejan un descenso de entre un 3% y un 4%de la velocidad de conducción, algo que demuestra que la gente cada vez es más prudente.

No se trata de una afirmación gratuita, puesto que el resto de conceptos sancionados relacionados con la seguridad ha descendido sensiblemente. En este sentido, destaca la caída de las sanciones por conducir bajo los efectos del alcohol, al bajar de las 7.675 de hace dos años a las 5.240 de 2010.

También se reducen las multas por conducir hablando con el teléfono móvil. El año pasado los agentes ‘cazaron’ en esta situación a 4.759 conductores, 3.502 menos que en 2009. Por último, las denuncias por ir sin llevar puesto el cinturon de seguridad obligatorio cayeron de las 9.876 a las 4.602 del año pasado. En total, los agentes pusieron en 2010 53.441 sanciones, 7.997 más que en 2009.

Los radares toleran hasta un 10% más

Los radares de la DGT tienen un margen de tolerancia de un 10%, es decir, que sólo multan cuando la velocidad del conductor sobrepasa ese porcentaje del límite fijado para esa vía. Una de las estrategias de la DGT para lograr que los conductores levanten el pie del acelerador es incorporar nuevos puntos de control de velocidad. Sin embargo, no todos ellos esconden un radar. Los aparatos van rotando.