Todos ellos están en el área de influencia de los nueve humedales donde acuden aves migratorias y se concentran silvestres.

En estas zonas hay 174 granjas, a las que irán cada semana los nueve equipos de veterinarios de la Conselleria de Agricultura para hacer controles periódicos a las aves. Los pollos deben estar en espacios acotados.

Además, los ayuntamientos harán un censo de todas las aves domésticas que hay en estos municipios, «por si hubiera que delimitar círculos epidemiológicos».

A las 129 localidades hay que sumar diez que son de especial vigilancia (no tienen que confinar a los pollos) por estar alrededor de vertederos y tener 104 granjas.

La Comunidad cuenta con 12 millones de aves domésticas y, a la semana, se realizan unos 200 análisis de aves muertas. Hasta ahora han dado negativo.

Sanidad pidió ayer al Ministerio que extreme las medidas de control en aduanas «para evitar que entren productos cárnicos de países afectados por el virus».

Recogen aves vivas y muertas

La Conselleria de Agricultura va a poner a disposición de los ciudadanos tres furgonetas que se encargarán de recoger las aves muertas (se suman al servicio habitual de recogida que ya existía antes del riesgo de gripe aviar). Además, se habilitarán tres vehículos más para retirar aves vivas (de corral o domésticas) en caso de que sus dueños quieran desprenderse de ellas o tengan sospechas de que están enfermas. En cualquiera de estas situaciones, lo mejor es llamar al 112 y consultar. Las aves se analizan en tres laboratorios al efecto: en Segorbe, Valencia y Alquerías del Niño Perdido.