Gambia, un paraíso natural por descubrir

  • Su tranquila costa y sus playas casi vírgenes son grandes atractivos.
  • Albreda y Juffure acercan al visitante la historia de la esclavitud.
  • Más de 550 especies de aves han sido catalogadas en el país.
Es uno de los más pequeños y desconocidos países de África.
Es uno de los más pequeños y desconocidos países de África.
Javier M. León
Es uno de los más pequeños y desconocidos países de África.

Gambia es un estrecho país, uno de los más pequeños y desconocidos de África, pero a la vez, de los más estables del continente. Rodeada por Senegal (salvo su zona costera,  bañada  por el océano Atlántico) y cruzada de oeste a este por el río Gambia, es una atractiva combinación de naturaleza,  historia y playas que han conseguido conservar su belleza natural.

Gambia destaca por la tremenda hospitalidad y amabilidad de su gente, pero también porque es un país donde la palabra “prisa” no existe. Partiendo de la paciencia como premisa, todo lo que queda es disfrutar de las enormes posibilidades que ofrece el país.

Playa versus Historia

Muchos son los que llegan al país buscando la tranquilidad que se puede encontrar en su costa, conocida como la “Costa de la Sonrisa”. El viajero puede disfrutar de playas de arenas doradas y aguas cálidas, en las zonas de Bijilo, Kotu, Kololi y Bajau, todas ellas con grandes complejos turísticos a sus alrededores.

Pero también, puede sumergirse en la Gambia más auténtica, y aprovechar la visita a playas como las de Tanji, Batokunku y Sayang, para conocer las aldeas pesqueras cercanas.

Si por el contrario, uno decide explorar sus ciudades, comenzar por la capital, Banjul. En ella se mezclan construcciones modernas, edificios coloniales y casuchas. Tras pasar por el Arco 22, merece la pena dirigirse al Museo Nacional y a la plaza 22 de julio. Parada obligada es el colorido Albert Market, mercado donde es posible encontrar todo tipo de productos y lugar perfecto para practicar el regateo, algo tan esencial en un viaje por tierras gambianas. Banjul también acoge el Festival Internacional Raíces (The International Roots Festival), una oportunidad para los turistas y la diáspora africana de profundizar en la cultura, historia y tradiciones de la zona.

Cerca de Banjul, se levanta la caótica Serrakunda, donde es posible visitar su vistoso mercado y la fábrica de tintes. Y de ahí a Bakau, donde se encuentra la piscina de cocodrilos de Katchikally.

Desde Banjul y río arriba, se puede llegar hasta Albreda y la cercana Juffure, que se dio a conocer gracias a la novela “Raíces”, de Alex Haley, y que cuenta la historia de Kunta Kinte, secuestrado y enviado como esclavo a Estados Unidos, y cuya mayor preocupación fue que las generaciones futuras no olvidaran sus orígenes. A las afueras de Juffure, donde todavía residen familiares de Kunta Kinte, se encuentra un pequeño museo dedicado a la esclavitud.  Y en Albreda todavía se puede ver el mástil donde ondeaba la bandera de la libertad que debían tocar los esclavos huidos desde la isla de James para ser libre.

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la isla de James fue el primer lugar del África Occidental al que llegaron los ingleses en 1765. En su fortaleza, se hacinaban los esclavos antes de ser enviados a América.

Siguiendo el curso del río se encuentra, Janjangbureh (Georgetown). Fue la segunda ciudad más importante durante la época colonial. Hoy es una ciudad tranquila, fácil de caminar y desde la que es posible llegar a los Círculos de Piedras de Wassau, un cementerio de la época megalítica.

Un país para amantes de la naturaleza

Es posible disfrutar de sus más de 550 especies de aves y de su rica y variada flora, gracias a sus parques y reservas naturales.

Cerca de Serrakunda se encuentra la Reserva Nacional de Abuko, con varios puntos de observación de aves. También se pueden ver cocodrilos, hienas y monos. El parque natural de Bijilo Forest, situado en la zona de Senegambia, acoge una gran variedad de aves y palmerales. Y a unos145 kilómetros de Bajul, se encuentra el Parque Nacional de Kiang West, ubicado en la orilla sur del río, abarca bosques de hoja caduca, sabana y manglares.

A orillas del río Mandina Bolon, afluente del río Gambia, se encuentra la reserva natural Makasutu, dentro de cuyos límites es posible encontrar bosques, sabanas, manglares, palmas y ciénagas, además de más de una docena de diferentes aves.

Otras zonas de interés son la Reserva de Aves de Kirinti, y el Parque Nacional Río Gambia, también conocido como la isla de Baboon. Desde1969 se desarrolla en él un proyecto para la cría  de chimpancés que han quedado huérfanos.

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