Los comedores sociales de Mallorca Ca l'Ardiaca, el centro Turmeda y Sa Placeta sirvieron un total de 145.650 raciones de alimentos durante el pasado año, porciones que se ofrecieron a personas que carecen de hogar y que, en su mayor parte, contaban con "muchos problemas de toxicomanías y de salud mental".

El jefe de la sección de Inserción Social e Inmigración del Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS), Sebastià Cerdà, en declaraciones a Europa Press, ha detallado que en el 2009 se sirvieron 86.910 comidas menos, si bien este notable aumento del 2010 responde a que estos centros han ido incorporando este servicio durante los últimos años, ya que antes los usuarios sólo podían acudir a dormir y recibir un bocadillo.

Así, fue Ca l'Ardiaca el primer centro que, durante el 2009, comenzó a ofrecer comida a las personas que tenía alojadas y, posteriormente, entre 2009 y 2010, se incorporó el resto de instalaciones. Ya con la puesta en marcha de este servicio en todos los centros se han servido cerca de 14.000 raciones mensuales.

Cerdà ha explicado que pueden beneficiarse de estos comedores sociales las personas que estén excluidas socialmente, esto es, aquélla gente sin hogar y "con dificultades graves a nivel personal". En este sentido, ha remarcado que la mayor parte de los usuarios posee problemas de toxicomanía y, "cada vez, también de salud mental".

Así, ha indicado que padecen una exclusión "severa" en la que sufren tanto un "deterioro" físico como psiquiátrico. En este sentido, ha lamentado que los servicios actuales con los que cuenta el IMAS no estén "preparados para esto", por lo que ha abogado por que las instalaciones se vayan adaptando.

Destinar una planta de son dureta a servicios sociosanitarios

El jefe de sección del IMAS ha subrayado que "sería muy importante" que se destinase una planta de Son Dureta a albergar unos servicios sociosanitarios puesto que, actualmente, ya "no basta" con contar únicamente con la figura del monitor o de un solo psiquiatra.

En cuanto al perfil de los usuarios, cabe señalar que, pese a que depende de cada centro, la exclusión social es "básicamente masculina" y sólo en un 15 por ciento son mujeres las usuarias.

En relación a la edad "hay de todo", incluidos jóvenes, si bien la mayor parte son las personas que durante las décadas de los 80 y 90 sufrieron "el boom de la heroína" y, por tanto, se encuentran "muy deteriorados, envejecidos y con graves problemas de salud". Asimismo, ha indicado que estas personas ya "normalmente ni se inyectan" aunque sí que consumen pastillas y alcohol.

Cada centro ofrece comida a las personas que tiene alojadas, aunque Ca l'Ardiaca también atiende a las personas sin hogar, siempre y cuando las Unidades Móviles de Emergencia Social (UMES) hayan constatado que se trata de individuos que carecen de un hogar.