La Tarasca, recién llegada del país, dice que "lo que parecía una revolución pacifista ahora es bastante grave"

La compañía sevillana La Tarasca, que hasta el pasado 27 de enero ha permanecido en Egipto con su obra 'El alma de El-Faggala', con la que ha estado de gira por ciudades como El Cairo, Alexandria y El Minia, dice que "lo que en principio parecía una especie de revolución amable y pacifistas, ahora se ha convertido en un problema bastante grave", en referencia a las protestas "populares" orientadas a conseguir la dimisión del presidente del país, Hosni Mubarak, tras 30 años de mandato.

La compañía sevillana La Tarasca, que hasta el pasado 27 de enero ha permanecido en Egipto con su obra 'El alma de El-Faggala', con la que ha estado de gira por ciudades como El Cairo, Alexandria y El Minia, dice que "lo que en principio parecía una especie de revolución amable y pacifistas, ahora se ha convertido en un problema bastante grave", en referencia a las protestas "populares" orientadas a conseguir la dimisión del presidente del país, Hosni Mubarak, tras 30 años de mandato.

En declaraciones a Europa Press, su director Ramón Bocanegra, ha explicado que "al principio nos pareció hasta bonito, como una especie de revolución amable y pacifista" porque, ha añadido, "desde aquí los primeros días se vivían más violentos que viviendo allí, ya que la tele exagera todo bastante". Pero, ha continuado, "según la gente con la que mantenemos contacto, en estos momentos el nivel de riesgo es bastante elevado, hay miedo, y se ha convertido en un problema bastante grave".

Asimismo, Bocanegra ha señalado que todas las veces que su compañía ha viajada hasta Egipto, "ha notado que hay un gran nivel cultural y unas ganas impresionantes de apertura", por lo que "digamos que ya éramos conscientes de que la revolución, como la llaman ellos, se estaba desarrollando de una manera pacifista".

"Por eso, poco antes de regresar lo que vimos fue una especie de manifestación pacífica pidiendo la renuncia de Mubarak", destaca, porque "pese a ser un país con numerosos problemas económicos, el pueblo no es bien tratado, hay mucha censura y los propios artistas solo pueden trabajar si lo hacen con grupos extranjeros, porque no dan permiso para hacer cosas en la calle", destaca.

Además, Bocanegra ha apuntado que la gente con la que su compañía colabora en el país "está ahora mismo encerrada en sus casas porque peligra incluso su integridad física". No obstante, insiste, "nosotros nos sentimos bastantes seguros porque la actitud no es contra los países extranjeros sino que se trata de un problema doméstico que han aguantado mucho tiempo, y cada vez son más conscientes de que la corrupción y el mal Gobierno tienen un límite", concluye.

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