El alcalde de Valladolid, el popular Francisco Javier León de la Riva, ha calificado de "práctica atroz" y acto de "barbarie" la mutilación genital que sufren cada año en el mundo tres millones de niñas, mayoritariamente en países de Oriente Próximo y África subsahariana, situación que ha sido hoy analizada con carácter monográfico en el transcurso de una jornada que ha sido organizada por el Ayuntamiento de la capital con motivo de celebrarse el próximo domingo el Día Internacional contra la Mutilación Genital Femenina (MGF).

La jornada, desarrollada en el Museo Patio Herreriano, ha contado con la participación como ponentes de la activista ghana Efua Darkenoo, quien en 1994 recibió la Orden del Imperio Británico (O.B.E) por su lucha contra esta lacra social y primera en subir al estrado de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas para denunciar la situación, y la masai Agnes Pareyio, elegida por Naciones Unidas 'Mujer del Año en Kenia 2005' por su labor en contra de los matrimonios tempranos concertados.

Minutos antes de su inauguración, el primer edil vallisoletano, en declaraciones a Europa Press, ha lamentado que la comunidad internacional haya tomado conciencia ya "muy tarde" sobre los devastadores efectos que para millones de niñas en el mundo supone la MGF, tanto desde el punto de vista psicológico como para su salud, y en tal sentido ha criticado que algunos incluso hoy sigan defendiendo su práctica apelando a una serie de valores culturales, cuando en realidad no es más que una "auténtica burrada".

De hecho, León de la Riva ha recordado que ni siquiera Naciones Unidas tomó conciencia de que este tipo de prácticas constituían una vulneración de los derechos a la vida y a decidir sobre la propia sexualidad de la mujer hasta que en 2003 dicha organización acordó instaurar la fecha del 6 de febrero como Día Internacional contra la Mutilación Genital Femenina.

También en occidente

Aunque la mayoría de estas mutilaciones tienen por escenario países del denominado tercer mundo, León de la Riva ha advertido de que ni siquiera se libran países de Occidente, donde este tipo de prácticas sigue vigente en comunidades de inmigrantes.

"Para venir a Europa lo primero que hay que hacer es acatar la cultura de los países receptores, y es ahí donde las autoridades civiles han de ser extremadamente vigilantes", ha indicado el alcalde, quien a la vez ha abogado por la colaboración de las administraciones con aquellas ONG que trabajan en el tercer mundo con programas de sensibilización para erradicar la mutilación genital femenina y sustituirla por ritos alternativos.

En el caso del Ayuntamiento de Valladolid, el alcalde ha incidido no sólo en los programas que, al amparo del IV Plan Municipal de Igualdad de Oportunidades entre mujeres y hombres, desarrolla la institución local, sino también en la colaboración que en forma de subvenciones lleva a cabo desde 2010 con una ONG para un proyecto dedicado a la educación integral de niñas y adolescentes que huyen de la ablación o de matrimonios forzosos, al que se sumará la construcción de un centro educativo con una capacidad de 240 plazas.

Por su parte, Efua Darkenoo, directora del programa contra la MGF de la ONG Equality Now, ha justificado la celebración de la jornada "como una llamada de atención a la sociedad en general" sobre este grave problema y en la necesidad de sumar esfuerzos para la erradicación de la mutilación genital, que, según ha precisado, ha sufrido ya hasta la fecha una población de entre 100 y 140 millones de niñas de veintiocho países en todo el mundo, con especial incidencia en Mali, Guinea, Gambia, Sierra Leona, Sudán, Somalia, Egipto, Kenia, Etiopía y Yibuti, aunque sólo el continente africano acumula 90 millones de afectadas.

En la misma línea, la keniata Agnes Pareyio, directora de la Organización Comunitaria Masai 'Tasaru Ntomonok Innitiative', ha defendido la necesidad de sustituir este tipo de prácticas por otra serie de ritos alternativos y ha recordado que en el caso de la comunidad a la que pertenece la ablación genital femenina se realiza para mostrar socialmente que una niña se ha hecho mujer.