La X edición de Valencia Fashion Week abre sus puertas con diseños de colores apagados influidos por la crisis económica

La VFW estudia crear un certamen con otras pasarelas de ámbito mediterráneo que podría estar listo la próxima temporada
Fotoprensa Ayuntamiento De Valencia
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EP/VALENCIA
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La X edición de la Valencia Fashion Week (VFW) ha abierto este miércoles sus puertas con unos diseños en los que destacan los colores "muy apagados" en consonancia con la situación de crisis económica que vive el país. Las últimas tendencias en moda para la próxima temporada Otoño-Invierno 2011-2012 reflejan "tristeza", representada por la eliminación del colorido "fulminante o exótico".

Así lo ha explicado el diseñador y director ejecutivo de la pasarela, Álex Vidal, momentos antes de la inaguración oficial, a la que han asistido la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el vicepresidente del Consell y conseller de Industria, Comercio e Innovación, Vicente Rambla. La pasarela se prolongará hasta el próximo viernes.

Vidal ha destacado, asimismo, la apuesta por un nuevo concepto de pasarela, trasladada en esta edición al edificio del Ágora de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, donde también participa la luz natural, que suaviza las tonalidades amarillas, marrones y ocres características de esta nueva temporada.

También ha hecho hincapié en el papel desarrollado por las nuevas tecnologías en el sector textil, que han dado lugar a materiales plastificados y mezclados con fibras naturales, lo que, según el diseñador valenciano, ofrece "una estructura totalmente distinta a la moda".

Preguntado por la posibilidad de fusionar la VFW con otros festivales, como el 080 Barcelona Fashion, el director ejecutivo de la pasarela ha anunciado que están contemplando la idea de hacer un certamen en el que participen diversas pasarelas del ámbito mediterráneo, entre ellas la de Barcelona.

Incluso ha adelantado que esta nueva pasarela podría estar en marcha la próxima temporada, ya que "no existe antagonismo entre Barcelona y Valencia". Según ha comentado, la directora del 080 se reunirá mañana jueves con la dirección de la VFW para "llegar a acuerdos y compromisos" y "crear un tándem de ilusiones". También ha avanzado que están manteniendo conversaciones con algunas pasarelas, como la de Canarias, para crear una "asociación".

Por su parte, Rita Barberá ha resaltado la "ilusionante" inauguración de la VFW, ya que, a su juicio, "Valencia, con la celebración de esta semana de la moda, está liderando el diseño en España y en Europa, pero no sólo el diseño en la pasarela también el diseño arquitectónico".

"25.000 VISITANTES"

La alcaldesa de Valencia ha destacado que en esta edición el número de visitantes puede alcanzar los 25.000, con lo que se doblaría el número de asistentes que acudieron el año pasado, cuando 12.000 personas asistieron a la Valencia Fashion Week. Además, ha señalado que aproximadamente un 60 por ciento del patrocinio es privado.

Vicente Rambla, por otro lado, ha indicado que esta X edición de la VFW "le pone la guinda al pastel del éxito de estos años" con la celebración en este lugar especial: el Ágora, lo que le da una dimensión definitiva de consolidación".

A su juicio, "la VFW refleja que el sector de la moda en la Comunitat está siendo emergente, pero también consolidado", ha agregado el conseller, quien espera que la VFW se convierta en "la primera pasarela de España".

Por la mañana, antes de la inauguración oficial, el diseñador José Zambrano ha puesto en marcha una acción-instalación artística que gira en torno a los zapatos olvidados. El primer desfile ha corrido a cargo de Juan Vidal, que ha mostrado en 'Odile' vestidos de silueta encorsetada limpios de excesos en contraposición con otros vestidos etéreos y suaves.

Por la tarde, la colección Kuikuro de 'Loolah' se ha inspirado en la tribu de indígena del alto Xingú para sus confecciones caracterizadas por el uso de materiales nobles. Pura lana virgen tejida en ganchillo, haciendo calados que imitan las formas geométricas de los maquillajes indígenas. Collares, cinturones, flecos de piel mezclados con colores como el negro azabache y los tonos rojizos.

Más tarde, se ha presentado la colección 'Death Can Dance' de José Castro, que mezcla lo lúgubre y oscuro con actitudes de los setenta, abusa del color negro que aparece en abrigos de falso pelo y doble faz, pantalones pareo y americanas estructuradas que combina con medias rotas, bombachos y pañuelos sobre la cabeza.

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