Ananda Dansa anima al hombre contemporáneo a superar sus miedos en 'Desalmados'

La compañía Ananda Dansa, que este año conmemora su 30 aniversario, estrenará el próximo 5 de febrero en el Gran Teatre Antonio Ferrandis de Paterna (Valencia), el espectáculo 'Desalmados', una reflexión sobre la individualidad y una llamada al cambio, ha informado la agrupación en un comunicado.
El espectáculo de Ananda 'Desalmados'
El espectáculo de Ananda 'Desalmados'
ANANDA
El espectáculo de Ananda 'Desalmados'

La compañía Ananda Dansa, que este año conmemora su 30 aniversario, estrenará el próximo 5 de febrero en el Gran Teatre Antonio Ferrandis de Paterna (Valencia), el espectáculo 'Desalmados', una reflexión sobre la individualidad y una llamada al cambio, ha informado la agrupación en un comunicado.

La pieza, coproducida por teatro de Paterna y Teatres de coproductores junto a Teatres de la Generalitat Valenciana del espectáculo, permanecerá en cartel hasta el 6 de febrero.

En la celebración de sus 25 años, Ananda Dansa hablaba de supervivencia, de todos aquellos que han llegado al presente afrontando con humor los baches vitales; y un lustro después reflexiona sobre el pánico que asola a la sociedad actual y anima a la audiencia a superarlo.

La coreografía, firmada por Rosángeles Valls, detalla el viaje interior hacia la confianza en uno mismo. En palabras de la directora coreográfica, "esta propuesta mantiene la idea de mostrar el miedo y el desamor para contagiar paz, ilusión y coraje". "Se trata de una obra que transitará de las sombras a las luces, con un mensaje de optimismo: si queremos podemos cambiarnos y con ello cambiar el mundo", añade.

La fuerza de la pieza también viene avalada por la calidad de sus tres intérpretes. Así, Ana Luján es Artista Asociada del Phoenix Dance Theatre y bailarina de la Rambert Dance Company y en 2003 se alzó con el premio a la mejor intérprete de danza contemporánea otorgado por el Círculo de Críticos Británicos.

Por su parte, Toni Aparisi ha recibido siete nominaciones como mejor intérprete masculino de danza en los premios Max de las artes escénicas y, por fin, se alzó con el galardón tan largamente acariciado en 2007. Finalmente, Yolanda Peña, ha pertenecido al ballet clásico contemporáneo de Mario Martens, al grupo Art ballet, a las compañías Pampol's, Patas Arriba, Otra Danza y Eva Bertomeu.

En la hora que dura 'Desalmados', los bailarines se mantienen todo el tiempo sobre el escenario. Como única escenografía, ocho siluetas geométricas de acero que por la forma, asemejan ataúdes, pero que los bailarines emplean como celda, columpio, refugio y puerta de acceso

Las estructuras son franqueadas, escaladas, elevadas, tumbadas y viradas en función del estado de ánimo que marca el inicio, el nudo y el desenlace de esta travesía personal hacia la esperanza.

En el arranque, los personajes transmiten la sensación de vivir encerrados en un campo de concentración, una cárcel que puede ser física o mental, una casa mínima de hipoteca máxima o una institución psiquiátrica. La oscuridad que nubla sus vidas se subraya a través de la música, escogida entre los grandes maestros del barroco, y el vestuario, en tonos sombríos.

En el núcleo central de la obra los bailarines se conocen, y reconocen en los otros a iguales en el sufrimiento. De esa apertura a los demás se va derivando una relajación progresiva del cuerpo con una danza menos tensa y cohibida. La evolución emocional se refuerza con una gradación cromática en la ropa que deriva hacia tonalidades más claras, y los ritmos musicales van cediendo al optimismo. Estas composiciones, que en el tramo final de la pieza alcanzan un clímax de júbilo, han sido compuestas por Pep Llopis, colaborador habitual de la compañía.

Despojarse de los miedos

Al término de 'Desalmados', los tres bailarines se han ido despojando de sus miedos y, metafóricamente, de sus prendas, y lo que resta es un atuendo liviano de un color pálido, de idéntica ligereza que el alma de sus portadores, liberada del peso del temor.

De este modo, la parte final de la pieza supone un punto de llegada, pero también de partida. Los personajes hallan la seguridad en sí mismos y el anhelo de relacionarse que les va a llevar a afrontar la vida con otro espíritu. "El mayor reto es levantarse todos los días con alegría; hallar razones, estímulos e ilusión en la cotidianeidad, concluye Rosángeles Valls.

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