Bancos y cajas tienen todavía 32.000 viviendas nuevas por vender, el 50% del total

  • La Comunitat acumula un ‘stock’ de 65.000 pisos terminados vacíos.
  • Los constructores abogan por reducir hasta un 15% los precios para darle salida.
  • Exigen un “duro ajuste” al Consell, fusionar municipios y suprimir las diputaciones.

El stock de viviendas nuevas que quedan por vender en la Comunitat Valenciana apenas se ha reducido desde las 80.000 que había a finales de 2007 hasta las 65.000 actuales. La mitad de esta cartera inmobiliaria, algo más de 32.000 casas, está en manos de las entidades financieras (bancos y cajas de ahorros), que se han convertido en los principales agentes inmobiliarios tanto por su actividad promotora en la época de bonanza económica como por los embargos fruto de los impagos de hipotecas durante estos últimos años de crisis.

Los datos de la Federación Valenciana de Empresarios de la Construcción (Fevec) hacen temer “un año muy difícil y duro” para el sector, según confesó este martes su presidente, Juan Eloy Durá, pese a la leve mejoría registrada hasta el tercer trimestre de 2010.

Hasta ese momento (el último balance disponible), se realizaron 16.493 compraventas de viviendas en la Comunitat, un 14% más que en el mismo periodo del año anterior. De este volumen total, 8.309 correspondieron a inmuebles nuevos y 8.184 a segunda mano.

Sin embargo, el año se ha cerrado con números negativos, aunque menos que los de 2009, por la fuerte caída del último trimestre, según adelantó Durá. La caída en la inversión pública, que hace unos años representaba el 50% de sus ingresos, se ha unido a la actual paralización de la iniciativa privada.

Los constructores esperan que, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y sus consecuencias en forma de despidos masivos y cierre de empresas, el sector empiece a remontar en 2012.

Para ello, prevén lanzar una campaña de reducción de precios que oscile entre el 10% y el 15% de los actuales de mercado. Por ejemplo, un piso de 200.000 euros debería quedarse, con estos cálculos, en 180.000 euros.

Infraestructuras necesarias

El presidente de los constructores valencianos exigió que se aceleren infraestructuras básicas para el futuro de la Comunitat como el AVE entre Valencia y Tarragona, para enlazar con Francia e Italia, y el Eje Mediterráneo de Mercancías. Sin éste último, en su opinión, el puerto de Valencia "puede sufrir" y peligraría la factoría de Ford en Almussafes.

Un “ajuste” en las administraciones

Los constructores pidieron “un ajuste de toda la Administración: autonómica, local y provincial”, que incluya la fusión de municipios para evitar duplicidades en los servicios e incluso la desaparición de las diputaciones. Para Durá, éstas últimas “eran necesarias cuando no había comunidades autónomas”, pero ahora han perdido su razón de ser. Además, con la desaparición de ayuntamientos se ahorraría en asesores y concejales.

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