La Comarca de la Hoya de Huesca ha llevado a cabo la rehabilitación de doce pozos de hielo y nieve en el territorio comarcal a través del Plan de Dinamización del Producto Turístico. En toda la provincia, se conservan cerca de 140 de estos pozos, las primeras neveras naturales conocidas.

En estos pozos, que tienen un tamaño medio de 6 metros de diámetro por 7 metros de profundidad, se almacenaba nieve o hielo para conservar alimentos y enfriar bebidas, aunque también se le daba uso con fines médicos.

El técnico del Museo Provincial de Huesca y experto en este tipo de construcciones, Pedro Ayuso, ha explicado que su construcción era bastante cara, por lo que el clero y las clases altas promovieron su uso, en general municipal, desde el siglo XVI y durante tres siglos más. "Los pozos de nieve suponían un importante flujo comercial en su época", ha recordado.

En el territorio comarcal se conservan 32 y durante los últimos meses, la comarca ha rehabilitado 12 de estos pozos, situados en las proximidades de Nueno, Bolea o Argüis. Los trabajos han consistido en la reparación de las piedras con las que fueron construidos y la limpieza de los interiores.

Ayuso ha apuntado que "la mayoría de estos pozos estaban muy estropeados y algunos incluso a penas se veían, pero al sacar los escombros que se habían quedado dentro se pudieron apreciar sus características". Según Ayuso, se ha llevado a cabo "una buena rehabilitación de estos elementos, que ahora cuentan con un vallado perimetral".

Igualmente, se han señalizado con paneles informativos y se han confeccionado rutas para invitar a turistas y altoaragoneses a que las recorran visitando cada uno de los pozos dispersos por el territorio.