Los parlamentarios nacionales de Ceuta y Melilla que se han reunido este lunes en Madrid con el subgobernador del Banco de España, Javier Aríztegui, han salido del encuentro con la convicción de que la decisión de cerrar las oficinas de la institución en ambas ciudades a partir del próximo 31 de mayo es "irreversible" y de que "solo el Gobierno de España" puede corregirla.

A través de un comunicado de prensa, el PP ceutí ha explicado que Aríztegui ha dejado claro a los diputados y senadores ceutíes y melillenses, todos ellos del Partido Popular, que "considera irreversible la decisión de cierre de las sucursales de Ceuta y Melilla, y que la misma fue consultada previamente con el Gobierno".

La institución ha justificado en razones de "eficiencia económica", de "escasa operatividad de las sucursales de Ceuta y Melilla" y de "ejemplaridad ante otras administraciones y entidades", el cierre de las mismas. En cuanto a las cuestiones de índole política, se ha limitado a manifestar "que la decisión fue previamente consultada con el Gobierno".

Por parte de los parlamentarios ceutíes y melillenses se ha vuelto a insistir en que "la repercusión política que tiene dicho cierre para ambas ciudades, por sus circunstancias singulares, es muy superior al que puede tener el de las otras cinco sedes afectadas (Santander, Logroño, San Sebastián, Pamplona y Toledo").

Asimismo se ha trasladado a la entidad el ofrecimiento de los P presidentes de ambas ciudades, Juan Vivas y Juan José Imbroda, de "buscar fórmulas de colaboración" que permitiesen el mantenimiento de las sucursales, para lo que "se han aportado datos sobre actividad de las sucursales, fuertes inversiones recientes y ajustado coste de funcionamiento".

"Ha sido en vano", ha lamentado la nota del PP. "La conclusión que han sacado los parlamentarios es que sólo una decisión del Gobierno de España permitiría el objetivo pretendido, esto es, la continuidad en el funcionamiento de las sucursales", ha concluido.