El presidente de 'Cartuja 93', Isaías Pérez Saldaña, ha confiado este lunes en que en un plazo máximo de 15 días o un mes las Administraciones públicas tengan respuesta en cuanto al desarrollo del tren electromagnético o 'maglev' que uniría la Isla de La Cartuja con Blan Infante, una respuesta que espera sea "afirmativa".

En el encuentro informativo 'Eres Cartuja', Pérez Saldaña indica que el desarrollo del tren supone convertir Sevilla en "capitalidad de este nuevo medio de transporte", además de crear un cluster de empresas ligada a un sector innovador y adelantar la interconexión a 2014.

"Espero que en 15 días se decida sobre su futuro, no sólo por la resolución de la movilidad, sino porque las empresas que están aquí son las que liderarán el cambio", añade el directivo, que subraya que "todos los que han visto el proyecto creen que es extraordinario".

En este sentido, Pérez Saldaña señala que el Ayuntamiento de Sevilla está "luchando" porque el proyecto salga adelante y que se continúan los contactos con el Estado y con la Junta de Andalucía para terminar de analizar aspectos como la financiación, según apunta el consejero delegado y director general de Isotrol, Beltrán Calvo.

Asimismo, Calvo indica que este tren de levitación electromagnética supone una oportunidad de que Cartuja vuelva a ser "referente, como lo fue en 1992". Además, subraya la importancia de favorecer a corto plazo la solución de los problemas de movilidad de la Cartuja y a largo plazo procurar la entrada de empresas sevillanas y andaluzas en "mercados a los que no tendríamos acceso de otro modo de la mano de ACS".

Este tren, con unos seis kilómetros de recorrido, costaría unos 120 millones de euros y se espera iniciar en el segundo trimestre de 2011, concluyendo las obras en el último trimestre de 2014. Contaría con paradas en Torretriana, el Charco de la Pava y en la interconexión con Blas Infante y dispondría de un pasillo aéreo para trasladar a los viajeros.

ACS es la responsable del denominado 'Proyecto Cobra' y prevé ponerlo en marcha con la colaboración de un cluster de empresas sevillanas y andaluzas, principalmente. Tras su homologación en la Unión Europea, que se realizaría cuando estuviera en marcha en Sevilla, las empresas andaluzas participantes en el proyecto seguirían colaborando con ACS para el desarrollo de otros proyectos de las mismas características a nivel internacional.