El subdelegado del Gobierno en Málaga, Hilario López Luna, ha advertido de que es "una situación preocupante" para el Cuerpo Nacional de Policía el hecho de que los nombres y las direcciones particulares de al menos ocho policías de la Costa del Sol que participaron en la desarticulación de una peligrosa banda criminal en julio de 2007 hayan terminado en manos de las personas a las que detuvieron porque sus datos no se protegieron adecuadamente, por lo que ha añadido que se está investigando.

López Luna, que ha presentado junto con el director provincial de la Tesorería General de la Seguridad Social, Francisco Javier de Santiago, el balance de 2010, ha indicado que estos hechos se deben investigar para "evitar que en un futuro se produzcan estas situaciones".

El secretario general provincial del Sindicato Unificado de Policía (SUP), Manuel Expósito, ha asegurado este pasado sábado que "por unos errores burocráticos, se ha incumplido la ley", por lo que ha indicado que "queremos llegar hasta el final", al tiempo que ha insistido en que "queremos saber quién es el responsable". Para Expósito lo que está ocurriendo "tiene una gravedad enorme", ya que se trata de un "tipo de delincuentes de crimen organizado de alto nivel".

El sindicato SUP, del que son afiliados seis agentes afectados, denunció el caso el pasado 20 de enero ante la Dirección General de la Policía. Los agentes supieron que sus datos personales estaban en manos de esta banda al recibir una citación judicial en su domicilio particular, ya que, cuando los policías acuden a los juicios, lo normal es que, por motivos de seguridad, se les llame con su número de placa y en las dependencias en las que trabajan.