Las apuestas continuistas de Mubarak: Shafiq, primer ministro y Suleimán, vicepresidente

El nuevo vicepresidente de Egipto, Omar Suleimán (derecha) y el nuevo primer ministro, Ahmed Shafiq.
El nuevo vicepresidente de Egipto, Omar Suleimán (derecha) y el nuevo primer ministro, Ahmed Shafiq.
EFE
El nuevo vicepresidente de Egipto, Omar Suleimán (derecha) y el nuevo primer ministro, Ahmed Shafiq.

El presidente egipcio, Hosni Mubarak, designó este sábado a dos generales para ocupar puestos clave en el Estado, una medida que no ha evitado que Egipto continúe sumido en el caos entre las protestas políticas y los actos de pillaje.

El jefe de los servicios de inteligencia de Egipto, el general Omar Suleimán, juró como nuevo vicepresidente, mientras que el general de Aviación Ahmed Shafiq asumió el cargo de primer ministro.

"Juro preservar el régimen democrático republicano y la Constitución, los intereses del pueblo, la estabilidad de la patria y la integridad territorial", afirmó Suleimán en su toma de posesión.

Ambos nombramientos, de carácter militar, significan "una continuidad al gobierno de Mubarak", señala el diplomático español y experto en relaciones internacionales Gustavo de Arístegui a 20minutos.es. "No sé si esto es lo que el pueblo egipcio quiere ahora mismo", añade.

"No nos sirve con la destitución del Gobierno. Eso no es suficiente. Estamos aquí para exigir que Mubarak abandone el poder", aseguróel joven Walid Gamal.

Gamal, que todos los días ha salido a la calle, portaba una pancarta en la que se leía "30 años. Vete ya", en referencia a las tres décadas que el presidente egipcio lleva en el cargo.

Durante 30 años, Mubarak ha gobernado Egipto, el país más poblado del mundo árabe, con mano de hierro y actuando en política exterior como mediador de Oriente Medio.

Hombre de ideología indefinida y sin un especial carisma, recogió en 1981 el legado de su antecesor, Anuar El Sadat, con el propósito de convertirse en el gran mediador de Oriente Medio y mantener la paz con Israel.

Suleimán, primer vicepresidente en 30 años

El general Omar Suleimán nació en la ciudad de Qena, al sur del país, en el seno de una familia humilde el 2 de Julio de 1936. Como militar, vivió la crisis provocada tras la nacionalización del canal de Suez en 1956 y los posteriores episodios bélicos de 1967 en Yemen, así como las guerras de 1967 y 1973 contra el estado de Israel.

Fue nombrado director de los Servicios de Inteligencia de Egipto (EGIS) en 1993, en un momento de máxima actividad de grupos islamistas como Gama'a Islamiya, que realizaban una campaña de asesinatos y atentados contra el sector turístico.

Cercano al presidente Mubarak, ha jugado un importante papel en la diplomacia del país, incluidas las relaciones con Israel y Estados Unidos.

El último vicepresidente de Egipto fue el propio Mubarak, que ocupó el cargo hasta la muerte de Anuar el Sadat, a quien sucedió en el cargo el 14 de octubre de 1981.

Un general de aviación, primer ministro

El recién nombrado primer ministro, Ahmed Mohamed Shafiq, nació en El Cairo en 1941  y en 1961 se enroló en la Fuerza Aérea egipcia y se graduó en la Academia del Aire.

Como piloto de combate sirvió en varias contiendas bélicas contra el Estado de Israel, entre ellas la del Yom Kippur en 1973. Posteriormente, fue agregado militar de la embajada de Egipto en Roma, entre 1984 y 1986, y Jefe de Operaciones del Ejército del Aire, entre 1991 y 1996.

Tras cuarenta años de carrera militar, que culminó con su nombramiento como comandante en jefe de la Fuerza Aérea en abril de 1996, fue nombrado ministro de Aviación Civil en 2002. Desde este puesto ha dirigido el proceso de modernización de los aeropuertos del país.

Cronología de la 'era Mubarak'

Nacido en 1928 en el Delta del Nilo, se hizo piloto de combate y en 1973 desempeñó un importante papel durante la guerra del Yom Kipur contra Israel como jefe de la Fuerza Aérea egipcia.

Ocupó ese cargo hasta 1975 cuando el presidente Anuar El Sadat le nombró su vicepresidente. En 1981, el asesinato de Sadat le convirtió repentinamente en presidente.

Desde entonces, el "rais" (presidente en árabe) Mubarak gobernó ininterrumpidamente Egipto durante casi tres décadas en las que se centró en garantizar la seguridad del país y la paz en Oriente Medio, al tiempo que se aseguraba su permanencia en el poder.

En el interior del país, ejerció un control férreo, ayudado por la Ley de Emergencia, vigente durante todo su mandato.

Con la excusa de la lucha contra el terrorismo, dicha ley permitió suspender las libertades de prensa y asociación, amplió los poderes de los órganos de seguridad y anuló derechos civiles y políticos como el derecho a la huelga, o a ser asistido por un abogado en caso de ser detenido.

En materia económica, Mubarak continuó con la liberalización económica, pero sin tocar los subsidios a los productos básicos para garantizarse la paz social.

Egipto vivió durante años una etapa de estabilidad política y económica en la que las elecciones se redujeron a una ratificación del gobernante Partido Nacionalista Democrático (PND).

Sin embargo, poco a poco, la falta de libertades políticas, la corrupción, las crecientes diferencias sociales y la pobreza (cerca del 40% de los 80 millones de egipcios viven con menos de dos dólares al día, según estadísticas internacionales) hicieron que las fuerzas de oposición fueran ganando terreno.

Progresaron en especial los Hermanos Musulmanes, un grupo ilegalizado pero semitolerado por el Gobierno. La represión del islamismo y el empeño de Mubarak en mantener la paz con Israel, también le valieron la enemistad de muchos egipcios.

En 2005, Mubarak (presionado, al parecer, por EE UU) dio señales de una tímida apertura y permitió la concurrencia de varios candidatos a las elecciones presidenciales, una novedad, teniendo en cuenta que hasta entonces él era el único candidato y era elegido mediante un plebiscito.

Así, en las elecciones presidenciales de 2005, los egipcios tuvieron la posibilidad de votar a otro presidente, aunque el 88,5% de los que acudieron a las urnas (sólo votó el 23% del electorado) optaron por seguir con Mubarak.

En las elecciones parlamentarias celebradas a finales de 2005, sin embargo, los Hermanos Musulmanes (que se presentaron como independientes) obtuvieron un histórico 20%.

Cinco años después, en diciembre de 2010, el partido de Mubarak volvió a ganar los comicios legislativos con 420 escaños, los independientes obtuvieron 70 y la oposición integrada por varios partidos se hizo con catorce.

Los últimos acontecimientos

El pasado 25 de enero, empezó en Egipto una ola de protestas (inspiradas en la revuelta de Túnez y convocadas vía Internet) en demanda de reformas políticas y económicas y de la dimisión de Mubarak.

Mubarak ha impuesto el toque de queda y en su discurso más reciente ha anunciado el cambio de gobierno y prometido reformas, pero no ha expresado ninguna intención de abandonar el poder.

En estos 30 años, Mubarak sufrió varios atentados y desde hace un par de ellos se viene especulando con la posibilidad de que esté preparando a su hijo Gamal para colocarlo como su sucesor.

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