«Parí en el Metro porque me negaron una ambulancia»

La mujer que dio a luz en Sainz de Baranda dice que el Gregorio Marañón rechazó ingresarla, el Summa 112 le negó una UVI y el Samur llegó tarde.
Elisabete y su esposo, ayer en la habitación 520 de la maternidad del Hospital Gregorio Marañón.
Elisabete y su esposo, ayer en la habitación 520 de la maternidad del Hospital Gregorio Marañón.
Jorge París
Elisabete y su esposo, ayer en la habitación 520 de la maternidad del Hospital Gregorio Marañón.

El universo se puso de acuerdo para ignorar el nacimiento de Alexa, pero el valor de sus padres impidió que la ineficiencia acabase en tragedia.

No. Eso es lo único que escucharon Elisabete y Várzan Stefan durante los tres días anteriores a su parto suburbano.El primero en decir no a esta pareja de inmigrantes rumanos, residentes en Arganda del Rey y carentes de coche propio, fue el Hospital Gregorio Marañón.

Dos días consecutivos, jueves y viernes,
les negaron el ingreso en planta, a pesar de que la joven, de 32 años, que afrontaba su cuarto parto,
tenía la tensión muy alta. «Dijeron: aquí no te quedas ni ocupas una cama», afirma Elisabete.

Sin ayuda de nadie

Sólo unas horas más tarde, a las 4.30 de la madrugada del sábado, la despertaron unos fuertes dolores. Tenía contracciones cada diez minutos. Caminando hacia el ambulatorio local y en busca de ayuda se encontraron con un coche de la Guardia Civil, que se limitó a decirles que llamasen al 061, aseguran. Una llamada que tuvo como respuesta otro no.

«Nos comunicaron que las ambulancias eran para enfermos, no para embarazadas», dice Várzan.

Después de esperar una hora un autobús que nunca apareció, decidieron meterse en el Metro a las 7.00. Llegando a la estación de Sainz de Baranda, la madre rompió aguas en el vagón. Ningún pasajero los ayudó.

«Nos sentamos en el andén y vi la cabeza del bebé. Creí que estaba muerto porque no lloraba», cuenta emocionado el padre, que rompió el cordón umbilical con sus manos. «No lo conseguía y mi mujer decía que usase los dientes», recuerda.

Cubierto de sangre, Várzan se quitó la ropa para abrigar a su hija porque hacía mucho frío. Así esperaron hasta que llegó el Samur media ahora después.

Trabajo de albañil, tengo papeles y pago la Seguridad Social. ¿Por qué no me atendieron?
Alexa, que tragó líquido amniótico y sufre un  leve problema respiratorio, sigue en la incubadora del Marañón, mientras su padre, comadrona por un día, se pregunta: «Trabajo de albañil, tengo papeles y pago la Seguridad Social. ¿Por qué no me atienden si lo necesito?».
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