El Instituto de Biomecánica (IBV) coordina una iniciativa europea para la puesta a punto de un servicio de evaluación de productos para las pymes, con el objetivo de medir la percepción del cliente y mejorar el diseño.

Durante el proyecto se investigarán qué partes de un producto son importantes para el cliente y cómo influyen sobre su percepción. Para poder evaluar ésta se recurrirá a tecnologías que permiten el registro de la mirada y de señales fisiológicas, como los electrocardiogramas, la conductividad de la piel y la electromiografía (para captar la respuesta emocional que produce el producto en la persona: concentración, sorpresa, satisfacción).

"La puesta en marcha de este servicio permitirá a las empresas testear los niveles de aceptación del consumidor antes incluso de fabricar el producto, con los ahorros de tiempo y costes que supone para la empresa", ha explicado en un comunicado la directora de Diseño Orientado por las Personas del IBV, Mª José Such.

La sede del IBV en Valencia acoge este jueves y el viernes una reunión del consorcio de esta iniciativa europea llamada CONEMO (Consumer Evaluation Measurement for Objectified Industrial Use). El proyecto, cofinanciado por la iniciativa CORNET a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) de la Unión Europea y el IMPIVA, es fruto de una colaboración con la Federación Alemana de Asociaciones de Investigación Industrial (AIF).

En la iniciativa CONEMO participan FQS (German Society for Quality) y el "Laboratorio de Máquinas-Herramienta y de Ingeniería de Producción" de la Universidad de Aachen (Alemania); cinco pymes alemanas y otras cinco de la Comunitat Valenciana representativas de los sectores de iluminación (Lampister Iluminación, S.L.), calzado (Pikolinos Intercontinental, S.A.), sistemas de descanso (Colchones Delax, S.L.), componentes de automoción (CPD S.L. Carpats Design) y consultoría técnica (INCOTEC de Levante, S.L.). Diseño Orientado por las Personas

El Instituto de Biomecánica (IBV) cuenta con una dilatada experiencia en la aplicación de metodologías que integran al usuario en el proceso de desarrollo y diseño de producto.

"Es clave conocer qué es lo que quiere y lo que necesita el consumidor, para que seamos capaces desde los centros tecnológicos y las empresas de ir en la dirección correcta e innovar en el desarrollo de productos que cumplan las expectativas de la persona que los va a utilizar", ha explicado Mª José Such.

Es lo que se llama Diseño Orientado por las Personas, donde el usuario final se convierte en co-creador del producto o servicio que va a utilizar y se trata de un paso más hacia la personalización del producto, que tiene en cuenta las necesidades y preferencias de la persona a la que va destinado.

Permite conocer cómo interactúa el usuario con el producto mediante la incorporación de nuevas tecnologías que registran esta valiosa información relacionada con aspectos como la ergonomía, la seguridad y la satisfacción.