Contra el sexismo en el papeleo

«El aseo de la piscina sólo podrá ser utilizado por los alumnos».

Vuelva a leer la frase anterior. ¿Qué entiende? Las niñas de un colegio malagueño que leían el cartel daban por sentado que a ellas no les estaba permitido entrar en esos baños.

Antonia María Medina, una de las tres autoras de la Guía para un uso igualitario del lenguaje administrativo que ha editado la Diputación de Málaga, cuenta este ejemplo para reivindicar que el lenguaje no es sexista, sino que la discriminación nace en el uso que hacemos de él. «Hubiera bastado con que el cartel dijera ‘alumnado’, en lugar de emplear el masculino ‘alumnos’», razona Medina.

En la administración

Para qué una guía contra el sexismo: El objetivo es evitar que los términos que se empleen en los formularios excluyan a las mujeres. Las autoras plantean fórmulas tales como don/doña, omitir el artículo delante de ciertas palabras (representante, solicitante), usar nombres genéricos (persona) y perífrasis («clase política», en lugar de «los políticos»).

«En español podemos hablar sin incluir el sujeto, al contrario que otros idiomas. Ésa es otra táctica posible», apostilla Medina.

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