La fila simbólica de parados que iba a unir este lunes el Congreso de los Diputados y el palacio de la Moncloa, organizada por la Asociación Nacional de Desempleados (Adesorg), ha congregado a menos de un centenar de personas, insuficientes para enlazar los cinco kilómetros que separan ambas instituciones.

La idea consistía, según el presidente de Adesorg, Luis Fernández, en manifestarse de "manera clara, nítida y pacífica, sin pancartas ni gritos", para exigir soluciones a la crisis a la clase política, y entregar sendos manifiestos con sus exigencias.

A pesar de la llamada a la ciudadanía "a manifestarse por sus derechos", ha subrayado, la iniciativa ha tenido escaso poder de convocatoria y la cola, que en un principio debía ser estática, se ha convertido en una marcha espontánea debido a la falta de afluencia de participantes.

"Esta sociedad está adormecida y los de arriba lo saben", se lamentaba Conchi, una de las asistentes.

A pesar de la escasez de participantes, Luis Fernández ha asegurado a los periodistas, casi tan numerosos como los manifestantes, que éste será "el primero de otros muchos actos".

Adesorg llamaba a participar en esta iniciativa a todos los ciudadanos, especialmente a los parados, los que sufren un trabajo precario y a los que han padecido desahucios o embargos de sus bienes o cuentas.

Esta organización aboga por un pacto de Estado que incluya la creación de una renta básica ciudadana, consistente en un ingreso mensual, incondicional e individual para todos aquellos desempleados que carezcan de asistencia y prestaciones suficientes ante situaciones de necesidad.

También reclaman la paralización, "por decreto", de los desahucios y de cualquier iniciativa bancaria para la ejecución de las hipotecas en aquellos casos en los que se pueda demostrar que los impagos se deben a la pérdida del empleo.