Según explicó a 20 minutos el responsable del albergue, Santiago Mesa, los extranjeros acuden para comer, asearse o a que les laven la ropa. Sólo unos pocos se quedan a dormir. Además, por cuestiones de seguridad, quienes duermen están obligados a disponer de algún tipo de identificación, algo que un porcentaje muy elevado de extranjeros no tiene.

«Vienen en grupos, buscando un plato de comida», concreta Mesa, quien añade que el albergue siempre prepara comida para 15 comensales más de los habituales, por si hay imprevistos. Las mayores preocupaciones de estos extranjeros son obtener documentación y trabajar.

Balance

Totales: En 2005 fueron atendidas un total de 5.882 personas (100 más que en 2004), de las que 1.803 se  quedaron a dormir.

Plazas concertadas: De las 1.803 personas que pernoctaron, 1.527 lo hicieron en plazas en acogida del albergue y 638 en concertadas.

Nacionalidades: Los marroquíes fueron el grupo extranjero más numeroso (266). Les siguen búlgaros (102), rumanos (88) y alemanes (53). Argentinos y brasileños no llegan a 50 cada uno. La mayoría de los subsaharianos carecen de identificación.

Diez sin techo habituales

Casi 300 personas fueron atendidas el año pasado por la Unidad de Calle del área de Bienestar Social del Ayuntamiento. Este equipo de cinco personas les proporcionó abrigo o comida. Una decena de estos sin techo son habituales en la ruta diaria. Mientras tanto, el resto constituye avisos puntuales. Suelen ocupar derribos u obras para resguardarse del frío. La mayoría son hombres de entre 50 y 65 años que padecen algún problema mental o de adicción.