El número de tiendas regentadas por extranjeros no ha parado de crecer en Barcelona pese a la crisis. En los últimos años, su presencia se ha multiplicado en la gran mayoría de distritos. "Unos han abierto nuevos negocios y otros han adaptado algunos que ya existían", explican a 20 minutos los portavoces de algunos de los ejes comerciales de la capital.

La mayoría son administrados por botiguers chinos y pakistaníes. Los primeros abren, sobre todo, tiendas de ropa y peluquerías. También se quedan con bares de los de "toda la vida" en los que siguen sirviendo las tapas de siempre. Los segundos se centran básicamente en la apertura de colmados.

Pasa menos en el centro

Los ejes comerciales de Horta, Creu Coberta, Sant Antoni y Sant Andreu son algunos de los 17 que existen en la capital catalana, que están viviendo este fenómeno. "En calles como Pelai o Portal de l’Àngel es raro que suceda. Son vías en las que quedan pocos locales vacíos y no existen alquileres baratos", apuntan desde la Fundació Barcelona Comerç.

La entidad califica de "curiosa" la recuperación de negocios como los bares. "Al principio, no dejaba de sorprender que un extranjero te sirviera una tapa de chorizo", reconocen. Ahora creen que se ha de "dejar pasar tiempo" para ver qué sucede.

En zonas como el Passeig Maragall se han traspasado una decena de cervecerías en el último año a personas de origen oriental. En calles como Dante Alighieri han proliferado las tiendas de ropa regentadas por extranjeros y se han abierto, en los últimos meses, "seis o siete en un pequeño tramo".

En el eje de Creu Coberta sucede más de lo mismo: el 10% de los locales, según un portavoz de la asociación de comerciantes, pertenecen a foráneos. "Y en esta cifra no tenemos en cuenta las calles adyacentes, donde también los hay". Eso sí, "el bazar del todo a 100 de hace unos años está desapareciendo".

Su influencia, a debate

No todos los encuestados están de acuerdo con la idealidad de este tipo de negocios. Así, para la asociación de vecinos de Sants "cumplen la función de las tiendas de barrio de toda la vida", mientras que para el eje de Sant Andreu "bajan la calidad del comercio porque ofrecen productos muy baratos y de dudosa calidad" Con todo, muchos de ellos aseveran que es mejor la presencia de estas tiendas abiertas que una calle "desierta de luz y de gente un sábado por la tarde".

"Si bien la apreciación de que cada vez hay más tiendas regentadas por extrajeros es generalizada, no existe un censo de ellas. Fuentes del Ajuntament han explicado que es casi imposible, porque en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), que grava las actividades empresariales, no se hace constar la nacionalidad del demandante. Con todo, según el fichero de empresas Camerdata –dispone de datos de 2006–, Ciutat Vella sigue siendo el distrito con "mayor número de este tipo de establecimientos", aunque se desplazan ya hacia el Eixample, Sants-Montjuïc y Nou Barris.