La Seguridad Social sigue siendo la institución pública con las cuentas más saneadas. Así lo ha demostrado de nuevo durante 2010, que concluyó con un balance positivo en sus cuentas de 2.382,97 millones de euros. Pese a todo, esta cifra supone un descenso del 71,9% respecto a los 8.500 millones de superávit que se lograron en el año 2009.

Con las turbulencias actuales y a la vista de estas cifras, arrecian las opiniones que cuestionan el futuro de la Seguridad Social, que temen que llegue a ser deficitaria. Los cálculos que esgrime el Gobierno son que desde 2023 ya se gaste más de lo que se ingresa y que en 2040 se haya casi duplicado la cifra actual de pensionistas.

Por eso el Gobierno se ha enrocado en el retraso, desde los 65 años actuales a los 67, de la edad de jubilación, lo que en teoría tendría el doble efecto de incrementar los ingresos y disminuir los gastos: durante los dos años de diferencia no sólo no se cobraría pensión sino que se estaría cotizando.

Los sindicatos se oponen a esos cálculos, pero incluso tienen una alternativa para el peor de los escenarios. Se trataría de que se financiase vía impuestos a la Seguridad Social, en correspondencia a los pagos que este organismo hizo anteriormente de servicios sociales como la sanidad.

Juan Torres López, economista de la Universidad de Sevilla, asegura que "con población más vieja habrá que gastar más en pensiones, pero eso se puede compensar con más ingresos: más empleo, más trabajo femenino, salarios más elevados, actividades más productivas, menos economía sumergida, fiscalidad más justa...", pero su opinión no es compartida por todos. Así, Fedea, una fundación vinculada a las grandes empresas españolas, acaba de publicar un estudio de tres economistas augurando el fin del Fondo de Reserva en 2029.

1. ¿Cómo se financia? Principalmente por las cotizaciones de trabajadores y autónomos. El empleado y su empresa son las que pagan. Esta vía recaudó el año pasado 105.683 millones de los 123.392 que recaudó en total. Por tanto, apenas recibe dinero de los presupuestos del Estado.

2. ¿A qué destina su dinero? La principal de las partidas se destina, lógicamente, a las pensiones contributivas, las que cobran quienes han trabajado. Pero también las prestaciones por desempleo, enfermedad, bajas de maternidad, viudedad, etc. Y financia también, con lo que recibe de los presupuestos, las pensiones no contributivas, las que cobran quienes no han acumulado años suficientes de cotización.

3. ¿Qué es el fondo de reserva? Se creó tras el Pacto de Toledo que reformó en 1995 el sistema de pensiones, en previsión de la evolución demográfica. Dado que las pensiones se pagan con lo que cotizan los trabajadores presentes y que en el futuro la proporción entre unos y otros haría insostenible este modelo, se guarda para entonces con aportaciones periódicas cuando la Seguridad Social tiene superávit. El Fondo de Reserva se invierte sobre todo en deuda pública.

4. ¿Por qué se dice que está en riesgo? Por la explosión demográfica de los sesenta y los setenta y el gran descenso posterior de la natalidad. Cuando los primeros se jubilen, serán muchos como para que los otros paguen sus pensiones.