David Fincher: "No tengo el estómago suficiente como para dirigir una 'Star Wars"

¿Qué requisitos necesita un director para trabajar en Star Wars y no sufrir en el proceso? Pues unos cuantos: amor por la saga, mano izquierda para negociar con Kathleen Kennedy y los ejecutivos de Disney, la santa paciencia de un maestro Jedi… No se nos ocurren muchos cineastas que reúnan todas estas virtudes, pero sí tenemos claro uno que no cuenta ni con una sola de ellas: David Fincher. Conocido por su carácter volcánico y su nula disposición a hacer concesiones, el director de El club de la lucha negoció con Lucasfilm la posibilidad de dirigir Los últimos Jedi. Unas negociaciones que, por supuesto, no llegaron a ninguna parte… y que ahora el cineasta relata con un estilo digno de Tyler Durden.

"Estuve hablando sobre el tema con [Kathleen Kennedy] y, oye, aquello era un chollo", comenta Fincher en una entrevista para Empire. Y, por si alguien no se ha dado cuenta, lo de "chollo" es ironía. "No sé qué es peor: ser George Lucas en el plató de la primera parte, con todo el mundo preguntando '¿Alderaan? ¿Qué coño es eso?'. Ahí todo el mundo se reía de él, pero no me imagino lo fuerte que tiene que tener uno el estómago para aguantar el éxito de las dos siguientes. Eso es otro nivel". 

Con el mismo vitriolo, David Fincher prosigue comentando su visión de lo que debió de ser rodar El Imperio contraataca y El retorno del Jedi. "Por una parte, tienes que aguantar que Harrison Ford y Carrie Fisher te usen como percha de los golpes, y por otra parte tienes que estar a la altura de una recaudación de mil millones o mil millones y pico, y eso es otra clase diferente de presión". 

Rematando sus declaraciones, Fincher afloja el sarcasmo, suponemos que para evitar que Kennedy envíe un escuadrón imperial a la puerta de su casa: "Tienes que tener las ideas muy claras, creo. Tienes que estar totalmente seguro de que eso es lo que quieres hacer, porque, de una manera o de otra, va a ocupar dos años de tu vida, 14 años de tu vida y siete días a la semana", explica. Una pena, porque ¿quién no lo hubiese dado todo por una Star Wars con sarcásticas voces en off, narradores poco fiables y Brad Pitt como maestro Jedi de moralidad dudosa?